Gianni Rodríguez Roque
Departamento Ciencias Sociales General
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP
Recibido: 30/01/2024; Revisado: 11/04/2024; Aceptado: 28/05/2024
Pasos callados que dejan una huella, es aquella historia que no se cuenta, aquella historia que fue borrada. Esas vivencias de las personas exigiendo a gritos reconocimiento, una mejor calidad de vida. Las llamadas Rabietas o Histerias de quienes deciden rebelarse y no seguir bajo esta ilusión creada bajo el discurso dominante. Somos nosotros los INDÓCILES, los que hay que erradicar, pero luego de elaborar las agendas políticas-religiosas que garanticen la “libertad de expresión y la seguridad de nuestros ciudadanos”. Somos nosotros la resistencia que se manifiesta en expresiones artísticas, académicas y laborales. Son nuestros esfuerzos por conseguir una equidad real a lo que somos forzados a dedicar nuestro tiempo de ocio, porque en este sistema capitalista no puedes vivir si no tienes con qué subsistir.
A pesar de nuestra evidencia, nuestra documentación de historias rescatadas, son letras escritas que no se perciben. Nos tratan como obra caritativa cuando se trata de presentar una imagen de la llamada “diversidad”. Que como bien se menciona en el prólogo de La piel del arrecife por José Guadalupe Olivares “... se utiliza para e x c l u i r las otredades que pretende salvar…”. De modo que, nosotros tratamos de batallar con esa supresión de este sistema que impone la HETERONORMATIVIDAD. Somos pocos los que logramos salir a la superficie pero a su vez crean una imagen generalizada de quienes somos. La po-la-ri-za-ción que ahoga esas manifestaciones identitarias que salen de la norma establecida a cause de la intersubjetividad colectiva. Es este binarismo que obvia todas estas posibilidades de ser, utilizando las herramientas de poder y opresión para tratarnos como Los Otros. Somos aquellos que, con todo y nuestras capacidades, destrezas, potenciales y aportes somos echados a un lado solo
para cumplir con una visión de lo impuesto. Pero ojo, no siempre fue así…
Hay culturas que todavía preservan las nociones de dualismo (Medrano Valdez, 2012; Segato, 2014). Un mundo, una realidad en la cual podríamos ser reconocidos por nuestras diferencias sin haber relaciones jerárquicas que les posiciona en el tope al privilegiado y al fondo a los desaventajados. Es aquí donde se revelan estos paradigmas que no se resuelven sino es con las interseccionalidades que se observan pero que aún así el proyecto moderno colonial decide ignorar. No es hasta qué hacemos presión, hasta que alguien nos decide escuchar, reconocer, que reclamamos el espacio que fue invadido por estos ideales que fragmentan y corrompen la e-xis-ten-cia hu-ma-na. Pues aquí es que logramos presentar nuestras problemáticas que ha creado la exclusión de un todo y la inclusión de unos pocos que presentan características “aceptables” con las que nos debemos conformar. Es así con esta pizca de libertad que debemos agradecer y ser complacientes, pues ellos tratan de mantener el control. ¿Pero control para qué? Es bajo este sistema opresivo que la injusticia, la inequidad, desigualdad, discriminación, “criminalidad” busca su aposento. Pero- …imagina…
Un hogar.
Un hogar en donde tú, yo, y ellos somos un nosotros.
Un hogar en el cual el nosotros se encuentra equilibrado gracias a nuestras diferencias.
Las diferencias que crean una imagen simétrica, de relaciones junto al universo.
Relaciones mutualistas que establezcan una reciprocidad bidireccional. Es esa reciprocidad que nos permitiría vivir en armonía, armonía que se deshace de las nociones tóxicas que crean límites. Límites que crean una separación evidente en el trato de las personas.
Personas que luchan con desesperación a contar sus vivencias. Vivencias que son reprimidas y silenciadas por el estado.
El estado que eventualmente las cuenta como historias. Historias que fueron recuperadas por quienes hoy tienen un lugar para ayudar a ampliar las voces de los desoídos.
Desoídos porque aquellos en el poder no quieren acudir los reclamos que se les presentan. Reclamos que buscan el reconocimiento, la equidad, el respeto… el derecho humano.
El derecho humano que debería reconocer la dignidad de cada uno de los individuos de la sociedad que la componen.
Somos;
Y somos la tinta invisible que llena las páginas de un libro y se queda corta.
Somos la historia escondida entre los espacios y las estrofas.
Estamos aquí, pero no nos ven, mas nos ven quienes toman de su tiempo;
quienes con cuidado y cautela
rebuscan entre las páginas “blancas” y hacen resplandecer nuestra huella.
Resplandeciente la huella que muestra nuestra presencia,
aquella que ha de ser reconocida, aquella que busca quien la lea y le de vida.
Pues esta huella ha sido nuestro legado,
pero aquellos que son muy cerrados
no tienen con qué escucharnos.
Cerrados quienes buscan dictar nuestros roles y el llamado “destino” con una serie de codificaciones. Son los que nos tratan como si fuésemos un virus contagioso; consecuencia del pecado y raíz de la lujuria. Porque son ellos quienes no se disponen a enfrentar sus miedos y asumir consecuencias.
Puesto que ya ganaron conciencia, ya se dieron cuenta,
que lo que aquí hacían ya no tiene lugar de pertenencia.
Referencias:
Albarrán, R., Salas Rivera, R. R., & Arboniés Flores V. (2023). Hacia un archivo de la biósfera trans. En R. Albarrán, R. R. Salas Rivera & V. Arboniés Flores (Eds.), La piel del arrecife: antología de poesía trans puertorriqueña (pp. 3-8). La impresora.
Lugones, M. (2008). Colonialidad y género. Tabula Rasa (9), 73-101.
Medrano Valdez, Y. (2012). Chacha-Warmi 'Otra manera de equidad de género vista desde la cultura Aymara. Pluralidades, 1(1), 11-39.
Oyěwùmí, O. (2017 [1997]). La invención de las mujeres. Una perspectiva africana sobre los discursos occidentales del género. La frontera.
Segato, R. L. (2014). Colonialidad y patriarcado moderno: expansión del frente estatal, modernización, y la vida de las mujeres. En Y. Espinosa Miñoso, D. Gómez Correal y K. Ochoa Muñoz (Eds.), Tejiendo de otro modo: feminismo, epistemología y apuestas descoloniales en Abya Yala. Editorial Universidad del Cauca.
Üatibirí. (2023). la karkajada de la îena. En R. Albarrán, R. R. Salas Rivera & V. Arboniés Flores (Eds.), La piel del arrecife: antología de poesía trans puertorriqueña (pp. 16-17). La impresora.
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