Fotografía y medicina: La colaboración entre el fotógrafo Attilio Moscioni y el Dr. Bailey K. Ashford en la investigación de enfermedades de Puerto Rico a comienzos del Siglo XX

Photography and Medicine: The collaboration between photographer Attilio Moscioni and Dr. Bailey K. Ashford on disease research in Puerto Rico at the beggining of the 20th Century 

 

Daniela Alvarado Rivera
Departamento de Historia del Arte
Facultad de Humanidades, UPR RP 

 

Darío Del Nero Ghigliotty
Departamento de Biología
Facultad de Ciencias Naturales, UPR RP 


Recibido: 09/03/2023 Revisado:  21/04/2023; Aceptado: 28/04/2023 

 

 

Resumen 

El Dr. Bailey K. Ashford (1873-1934) se dedicó a los estudios de enfermedades como la uncinariasis en la población puertorriqueña a principios del siglo XX. Para su investigación, comisionó al fotógrafo Attilio Moscioni (1876-1950) la documentación de sus procesos y hallazgos. Este trabajo fue parte del desarrollo de un sistema de salud adaptado a las condiciones de los habitantes. Ambos crearon un catálogo de relevancia histórica y visual que ilustra las condiciones de la época. Moscioni evidenció el uso de las artes para el estudio médico; de esta manera, aporta a la medicina y crea archivos visuales. Por ende, la investigación le añade una mirada histórica artística a un archivo que contiene imágenes inéditas. 

 

Palabras claves: fotografía médica, uncinariasis, elefantiasis, tuberculosis, archivos visuales 

 

Abstract 

Dr. Bailey K. Ashford (1873-1934) devoted himself to studying diseases such as hookworm infection in the Puerto Rican population at the beginning of the 20th century. For his research, he commissioned the photographer Attilio Moscioni (1876-1950) to document his processes and findings. This work would be part of the development of a health system adapted to the conditions of the inhabitants. Both created a catalog of historical and visual relevance that illustrates the conditions of the time. Moscioni evidences the use of the arts for medical study; in this way, he contributes to medicine and creates visual archives. Therefore, this research provides an artistic historical look at an archive that contains unpublished images.  

 

Keywords: medical photography, hookworm, elephantiasis, tuberculosis, visual archives 

 

 

Introducción  

 

A principios del siglo XX, la población puertorriqueña no contaba con un sistema de salud e higiene que respondiera a las necesidades de la época. Esto cambió luego de la invasión norteamericana, cuando el doctor Bailey K. Ashford comenzó a hacer sus investigaciones en la isla. Ashford nació el 18 de septiembre de 1873 en Washington, D.C. En 1896, se graduó de medicina de la Universidad de Georgetown y un año después se unió al ejército de los Estados Unidos, donde alcanzó rápidamente el rango de coronel. En 1898 llegó a Puerto Rico con la invasión norteamericana. Es aquí donde comenzaron sus estudios sobre las enfermedades que afectaban a la población puertorriqueña, entre ellas la anemia causada por uncinariasis, una enfermedad parasitaria, común en aquel momento. Durante su estadía, Ashford realizó estudios y campañas para crear conciencia sobre esta condición que afectaba el ánimo y desempeño de la población campesina de la isla. Como parte de este proceso, Ashford y otros médicos puertorriqueños reconocidos de la época, como el doctor Pedro Gutiérrez Igaravídez y el doctor Isaac González Martínez, fundaron el Instituto de Medicina Tropical e Higiene de Puerto Rico (1912-1924), que luego se transformaría en la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (“Bailey K Ashford Lecturers”, s.f.). El Instituto era tanto un centro de investigación como un lugar de aprendizaje para los futuros profesionales de la salud pública y clínica en Puerto Rico.  

 

Al reconocer la gravedad de la salud de los campesinos, el doctor Ashford inició sus investigaciones y le encargó al fotógrafo italiano Attilio Moscioni documentar sus estudios. Este llegó a la isla con el regimiento 27 de Nueva York, que desembarcó por Guánica con las tropas invasoras estadounidenses en 1898, al igual que Ashford. Moscioni decidió quedarse en Puerto Rico y establecerse como fotógrafo donde creó un gran catálogo de documentaciones, tarjetas postales de paisajes rurales y urbanos, al igual que de temas cotidianos (Biblioteca Digital Puertorriqueña, s.f.). Además, tuvo varios encargos con el gobierno, pero el más destacado fue su documentación de los pacientes del doctor Ashford en los campamentos de anemia, tuberculosis y otras enfermedades. La habilidad de Moscioni fue inconfundible, como detalló Garcia, pues sus fotografías, aunque sean documentaciones, podrían utilizarse para una lectura artística, uniendo el arte y la medicina (Morcate & Pardo, 2019). 

 

Fotografía y medicina: lazo que se crea en el siglo XIX 

 

El vínculo entre la fotografía y la medicina tiene su origen a finales del siglo XIX con el desarrollo de la cámara fotográfica. Gran parte de los doctores comenzaron a documentar las manifestaciones de las enfermedades en sus pacientes usando la fotografía (Lupton, 2012). Según Lupton, este medio funcionó para documentar la patología del cuerpo enfermo y actualmente constituye una práctica central en la medicina, en donde estas imágenes se utilizan para la literatura. Igualmente, el autor explicó que las representaciones visuales de las enfermedades eran una herramienta para catalogar la otredad en la época. Por esta razón, en representaciones hechas a finales del siglo XIX y XX, la mayoría de los doctores fotografiaron los rostros de sus pacientes, como parte de sus estudios, sin considerar la privacidad de los sujetos.  

  

El estudio propone que, al haber un enlace entre las artes y la medicina, es posible conservar un repertorio fotográfico. Por lo tanto, las fotografías no solo sirven para mostrar cómo representaban a los enfermos a principios del siglo XX, sino que muestran las condiciones históricas que se encontraban en el momento. De esta manera, el fotógrafo cumplió su papel de documentar un trabajo científico, pero también son imágenes artísticas, por la manera en que posaban las figuras y por los ángulos que capturaban de los pacientes. No necesariamente para favorecerlos debido a que también establecen la otredad del puertorriqueño observada por dos extranjeros. 

 

Las fuentes primarias para este artículo fueron obtenidas del Archivo Doctor Bailey K. Ashford (serie Comisiones de Anemia de Puerto Rico), de la biblioteca Conrado F. Asenjo en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico y de la Colección Fotográfica de Attilio Moscioni de la Biblioteca Digital de la Colección Puertorriqueña de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Para recopilar esta información, se digitalizaron los textos e imágenes relevantes a la documentación de las enfermedades prevalecientes a comienzos del siglo XX que, en su mayoría, estaban relacionados a la uncinariasis y otras enfermedades tropicales. Luego, sus contenidos fueron evaluados a partir de su relación con las preocupaciones sanitarias de la época. Por esta razón, los textos recopilan información de carácter científico y documental, mientras que las imágenes proyectan elementos artísticos debido al trato fotográfico del artista Attilio Moscioni. Además, los repertorios visuales aportan al historial médico comisionado por el Dr. Ashford.  

 

Luego de la invasión norteamericana, los primeros años de su dominio del territorio se caracterizaron, entre otras razones, por la imposición de medidas de control sanitario. Según Mayo-Santana et al. (2016), estas imposiciones denotaban una falta de sensibilidad cultural, lo que provocó tensiones entre ambas partes. Estas reformas consistieron en programas de higiene pública y regulaciones urbanas. Además de satisfacer las necesidades de los campesinos, los norteamericanos tenían la necesidad prioritaria de proteger a su milicia de las enfermedades tropicales. Ashford fue el primero que mencionó la uncinariasis como la causa del estado vulnerable de salud de los puertorriqueños. Por consiguiente, el concepto remplazó las antiguas ideas imperantes en el país de que la anemia era causada principalmente por factores ambientales, nutrición pobre, degradación racial, etc. La demostración del doctor Ashford de la causa de la uncinariasis en 1899 fue un punto decisivo para la medicina tropical en Puerto Rico, por lo que se aislaron a las personas enfermas y se crearon campamentos de anemia, en donde se comisionó a fotógrafos para documentar los procesos de los campos.   

  

La uncinariasis fue una de las enfermedades más comunes y extensamente documentadas de la época (Comisiones de Anemia, s.f.). La condición parasitaria es causada por un grupo de nemátodos de la familia Strongylidae que se alojan en las regiones del duodeno y el intestino delgado luego de ingresar al huésped humano vía contacto directo con la piel (Comisiones de Anemia, s.f.). En Puerto Rico, las especies prevalentes de estos nemátodos son conocidas como Uncinaria americana y Ancylostoma duodenale, caracterizadas por propagarse en tierras húmedas en las que se encuentran heces fecales (Comisiones de Anemia, s.f.).  

 

El doctor Ashford declaró, en su análisis etiológico, que alrededor del 68.2% de la población se dedicaba al trabajo agrícola (Comisiones de Anemia de Puerto Rico, s.f.). Típicamente, los campesinos realizaban su trabajo sin calzado cerrado, lo cual permitió el contacto directo con el suelo contaminado por las heces y, por ende, se facilitaba el proceso de infección. Según Stanford Medicine (s.f.), aquellos individuos afectados por este parásito sufrían de anemia megaloblástica, un tipo de anemia que causa que los glóbulos rojos se produzcan sin completar su desarrollo y en tamaños anormales; esto resulta en una disminución significativa en glóbulos rojos saludables, causando en sí un deterioro en los niveles energéticos de los infectados por deficiencia de vitamina B-12. 


En la Figura 1 observamos a tres hombres encuadrados por las cortinas de la tienda de campaña en donde se encontraban los pacientes de anemia. La composición es dividida a la mitad por el tubo que sostiene la tela; en el centro hay un paciente encamado que, al igual que el hombre de la izquierda, mira la cámara mientras que el personaje de la derecha mira hacia el suelo. Igualmente, los acompaña un cuarto personaje a la izquierda, a quien solo se le ven sus pies. Aunque estas personas están dentro de una tienda de campaña, el fotógrafo nos mostró dónde se encontraba este hospital o campamento de anemia, dándonos una especie de ventana hacia el lugar en el que se encuentran. Cabe destacar que, debido al estatus colonial de la isla, hubo un interés del gobierno en mostrar cómo estaban mejorando las vidas de los puertorriqueños como sujetos coloniales, aludiendo a su otredad, en este caso lo hacían a través de la salud pública e higiene (Duany, 2001). Moscioni (ca. 1900) decidió capturar esta escena en que observamos a las tres figuras tanto encamadas como sentadas y las enmarcó con una especie de cortina creada por la estructura efímera en la que se encuentran.    

Figura 1: Moscioni, Sin Título, ca. 1900
Fuente: Comisiones de Anemia de Puerto Rico Biblioteca Conrado F. Asenjo  

 

La fotografía funciona como documento histórico que registra el trabajo de Ashford. La documentación de los campamentos de anemia ayudó a conservar un registro sobre las personas que se encontraban allí y sus circunstancias. No obstante, cabe destacar, que la anemia no era contagiosa, por lo que habrá un contraste entre las fotos que capturan los campamentos de anemia y los de tuberculosis. Moscioni documenta a los pacientes de anemia de una manera próxima, al igual que los pacientes con elefantiasis; por el contrario, nunca vemos a las personas que permanecen en los campos de tuberculosis. 

  

A diferencia de los campamentos de anemia, aquellos que estuviesen infectados con tuberculosis recibían un cuidado más intenso y especializado. La tuberculosis es una enfermedad causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que es sumamente contagiosa debido a su capacidad de transmitirse vía aerosol (Fogel, 2015). Los lugares de infección más comunes son aquellos en donde las personas están más próximas unas a otras, como el hogar y, evidentemente, los hospitales en donde estos pacientes eran tratados. La virulencia es un factor clave al determinar el método para combatir esta enfermedad. La carga patogénica causa una respuesta por la inmunidad innata, por lo cual se establecen ciertos parámetros para obtener una respuesta efectiva con el fin de eliminar la bacteria del sistema (Fogel, 2015). Lamentablemente, los países que se encontraban en subdesarrollo a principio del siglo XX, como Puerto Rico, sufrían de mortalidades altas de tuberculosis debido a las condiciones pésimas del sistema de salud y de higiene personal (Comisiones de Anemia de Puerto Rico, s.f.). Además, las comorbilidades, o presencia de otras enfermedades, empeoran los efectos directos de esta condición, los cuales incluyen “tos severa, fiebre y dolores de pecho” (Fogel, 2015, p. 527).  Cuando la infección ya está alojada, los pacientes comienzan a tener episodios hemorrágicos debido al deterioro del tejido pulmonar, resultando en el fallecimiento del paciente. En esta época, no se habían descubierto medicamentos que combatieran efectivamente esta enfermedad; hoy día, existe un repertorio de drogas anti tuberculínicas, tales como la isoniazida, la rifampicina y la pirazinamida (Fogel, 2015).  

  

La diferencia del trato fotográfico es evidente en las imágenes que presentan a los afectados por la anemia, pues el fotógrafo los capturó a corta distancia. Esto permite que los rostros de estas personas sean identificados y ayuda a percibir quiénes eran los afectados por esta enfermedad parasítica. En el caso de los campos de tuberculosis, esto no es lo que ocurre. En la fotografía “Vista del Sanatorio de Seboruco para enfermos de tuberculosis” (Figura 2), observamos cómo se establece una distancia entre el artista y los sujetos fotográficos, el doctor Pedro Gutiérrez Igaravídez y Edith Palmer. En los alrededores se observan enfermeras y, a la vez, en las casetas, por tener paredes de tela, nos brinda una visión de los enfermos. No obstante, esta es una visión alejada y algo fría de parte de la documentación. El fotógrafo enmarcó la escena y nos ofrece información sobre la situación de la isla, mostrándonos al doctor Gutiérrez Igaravídez, quien fue el primer director del sanatorio, y el propio sanatorio donde albergaban a los afectados por tuberculosis, quienes en su mayoría eran trabajadores lo que promovió esto como un problema social.  

Figura 2: Moscioni, Vista del Sanatorio De Seboruco Para Enfermos De Tuberculosis, ca.1900 
Fuente: Biblioteca Digital Puertorriqueña 

 

Tanto la tuberculosis como la anemia afectaban a un gran sector de la clase trabajadora; además, la tuberculosis para principios de siglo XX era una de las principales causas de muerte y urgía curar a las personas afectadas. Esto se debía a que, aunque existía la intención de promover el bienestar de la ciudadanía, había un interés social y económico de garantizar la productividad del campesinado puertorriqueño. Un ejemplo de esto es la descripción que se hace en uno de los “libros para el pueblo”, titulado La plaga blanca (1965) en que se detalló qué es la tuberculosis, qué la causa y por qué esta se debía considerar un problema económico-social. Sobre esto último, el libro indica que “las horas de trabajo perdidas por los que padecen esta enfermedad, pueden afectar en buena medida la economía del país” (Departamento de Instrucción Pública, 1965, p. 15). En efecto, ambas enfermedades alteraron el desarrollo económico de la isla, impulsando el desarrollo de estos hospitales, campamentos y sanatorios para garantizar una “buena mano de obra” (Carta de Ashford en la caja no.1, Comisiones de Anemia de Puerto Rico, s.f.).  

 

Entre las enfermedades estudiadas por Ashford que se le encargó documentar a Moscioni, estaba la elefantiasis o filariasis linfática, una enfermedad parasitaria causada por un nemátodo de la familia Filarioidea, cuyo método de infección es a partir de vectores accesibles, un proceso similar a la uncinariasis (Gómez Fernández, 2020). Los infectados pueden padecer de fiebres repetitivas, astenia y linfedema, entre otras condiciones. La respuesta inmune comienza a partir de la zona de alojamiento del parásito, típicamente un nódulo linfático en las extremidades (Gómez Fernández, 2020) y el diagnóstico de esta condición es a partir de las microfilarias visibles en la sangre o en la piel. Para eliminar el patógeno, se utiliza principalmente la dietilcarbamazepina (Gómez Fernández, 2020). Existe la posibilidad de que el parásito conlleve una bacteria simbiótica llamada Wolbachia. En la circunstancia de que este sea el caso, se debe de utilizar la doxiciclina, además de la dietilcarbamazepina (Gómez Fernández, 2020).   

  

En la Figura 3, Moscioni muestra a una mujer con elefantiasis en su pierna izquierda. El marco fotográfico incluye desde el pecho hasta los pies de la mujer, pero el enfoque visual será la pierna afectada. La mujer permanece en el anonimato mientras alza su falda, creando unos pliegues. Se pudiese insinuar que el anonimato le da tranquilidad a la mujer de que no será expuesta al mundo ni documentada para la posteridad por su enfermedad. La mano izquierda tiene un efecto fantasma que nos sugiere que la mujer se movió antes de que se pudiera capturar la foto en su totalidad. La foto muestra otro acercamiento a la documentación médica a través de un fotógrafo. En esta fotografía, Moscioni crea un escenario casi de estudio en la que hace posar a la mujer y la captura para documentar su enfermedad. No obstante, el interés es distinto en las Figuras 1 y 2, en las que captura el campo en donde están las personas enfocando el ambiente y las condiciones en las que se encuentran los enfermos. 

 

 

 

Figura 3: Moscioni, Sin Título, ca.1900
Fuente: Comisiones de Anemia de Puerto Rico Biblioteca Contado F. Asenjo  

Conclusión  

 

La fotografía no solo funcionó como evidencia de los acontecimientos históricos relacionados a las enfermedades más prevalentes en Puerto Rico a comienzos del siglo XX, sino que constituyó una expresión artística que conmueve al espectador a conceptualizar las vidas de las personas afligidas. Es aquí donde el fotógrafo incorpora los elementos artísticos con estudios médicos que se basan en los perfiles de los enfermos. Mientras que el aspecto médico resultó evidente por su naturaleza, es labor del artista capturar la esencia de la enfermedad en el contexto del paciente. De tal manera, se comenzó a crear un catálogo de las condiciones prevalecientes que contienen un significado sustancial en la salud de la comunidad puertorriqueña.  Nuestra investigación demuestra que estos dos campos pueden combinarse para realizar análisis sobre algún periodo determinante y la relevancia del material capturado, tanto en un contexto artístico como biológico.   

  

El hecho de que la infección parasitaria de la uncinariasis se basa en tejidos subdermales ocasionó un conflicto en cuanto a la visualización de la enfermedad. Moscioni se encargó de proveer imágenes ejemplares para el doctor Ashford con sujetos que expresaban sintomatología que la óptica no podía ofrecer a simple vista. A diferencia de la uncinariasis, los rasgos de la elefantiasis fueron visibles sin requerir asistencia adicional, facilitando el proceso de edición artística. Es por esto que la creatividad del fotógrafo influye en la captura y documentación de las condiciones y, además, presenta cómo estas eran visualizadas durante la época.   

  

Gracias a los hallazgos de Ashford y la documentación de Moscioni, podemos examinar visualmente cómo se trataban a los pacientes y cuáles eran las enfermedades importantes en la sociedad puertorriqueña a principios del siglo XX. Igualmente, gracias a estos repertorios visuales que se conservan, podemos analizar cuáles eran los protocolos para tratar cada enfermedad. Un ejemplo es el caso de los pacientes de tuberculosis quienes, por el peligro al contagio, no podían ser fotografiados, sino que solo se retrataba el lugar en donde se alojaban. Por el contrario, en los campos de anemia había una intención de capturar a los otros, mostrarnos dónde estaban, cuáles eran los esfuerzos del gobierno para implementar las actividades de salud pública y cuál era la apariencia de estas personas. Las representaciones que se conservan evidencian la estrecha colaboración entre la fotografía y la medicina. De esta manera, es posible un estudio interdisciplinario en el que la historia del arte y la biología ayudan a analizar e identificar tanto enfermedades como momentos históricos que marcaron la sociedad. A través del repertorio visual desarrollado por las evaluaciones médicas del doctor Ashford y el trabajo fotográfico de Moscioni, se obtuvieron resultados que combinaron dos disciplinas bajo un mismo propósito; Aunque lo incorporaron de manera indirecta, al final sus estudios contienen expresiones artísticas dentro de documentaciones cuya función original era servir a la medicina. 

 

Referencias 

 

Biblioteca Digital Puertorriqueña. (s.f.)  Fotos A. Moscioni. https://upr.contentdm.oclc.org/digital/collection/Moscioni 

 

Comisiones de Anemia de Puerto Rico. (s.f.) Fondo Doctor Bailey Ashford: Caja No.1 Biblioteca Conrado F. Asenjo. Universidad de Puerto Rico Recinto de Ciencias Médicas. 

 

Comisiones de Anemia de Puerto Rico. (s.f.) Fondo Doctor Bailey Ashford: Caja No.2 Biblioteca Conrado F. Asenjo. Universidad de Puerto Rico Recinto de Ciencias Médicas.  

 

Comisiones de Anemia de Puerto Rico. (s.f.) Fondo Doctor Bailey Ashford: Caja No.3 Biblioteca Conrado F. Asenjo. Universidad de Puerto Rico Recinto de Ciencias Médicas.  

 

Departamento de Instrucción Pública. División de Educación de la Comunidad. (1965). La plaga blanca. Libros para el pueblo-número 21.  

https://issuu.com/coleccionpuertorriquena/docs/la_plaga_blanca 

 

Duany, J. (2001). Portraying the other: Puerto Rican images in two American photographic collections. Discourse, 23(1), 119-153.  

 

Escuela de Medicina. (s.f.). Bailey K. Ashford Biography. Bailey K Ashford Memorial. https://md.rcm.upr.edu/bkamemorial/bailey-k-ashford-biography/ 

 

Fogel, N. (2015). Tuberculosis: A disease without boundaries. Tuberculosis, 95(5), 527–531. https://doi.org/10.1016/j.tube.2015.05.017 

 

Gómez Fernández, E., & Zufía García, F. J. (2020, April). Filariasis Linfática. Revista Clínica de Medicina de Familia, 13(1). https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1699-695X2020000100011  

 

Mayo-Santana, R., Peña-Carro, L., & Rabionet, S. E. (2016). The historical antecedents of the UPR School of Tropical Medicine. Puerto Rico Health Sciences Journal, 35(2), 53-61. 

 

Morcate, M., & Pardo, R. (eds). (2019). La imagen desvelada. Prácticas fotográficas en la enfermedad, la muerte y el duelo. Sans Soleil Ediciones. 

Lupton, D. (2012). Medicine as culture: Illness, disease and the body (3era edición). Sage Publications Ltd. 

Stanford Medicine Children's Health. (s.f.). Megaloblastic anemia in children. https://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=megaloblasticanemiainchildren-90-P05434  

 

 

Nota: Esta investigación surge gracias al financiamiento del Decanato de Estudios Graduados e Investigación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, a través del Fondo Institucional para la Investigación (FIPI) otorgado a la Dra. Laura Bravo, Fotografía y enfermedad: el cuerpo humano entre la representación científica y la artística, la cual promueve la colaboración interdisciplinaria.  

 

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Posted on May 31, 2023 .