Arcoiris

Cristina Quiles Bengochea
Departamento de Biología
Facultad de Ciencias Naturales, UPR RP

lesbiana

gay

bisexual

 

dices querer ser solidarie

pero tus palabras transgreden las cuerpas

como el filo de un cuchillo

hablando mal de quienes contigo

no se han metido

trans

cuir

intersexual

difundes tu rencor carente de sentido

y te conviertes en fuente de veneno

nos atacas como si estuvieras poseído

en un intento fallido

queriendo invalidar nuestra presencia

y quitarnos el poder ser libres

asexual

no binarie

género fluido

nuestra existencia no es un pecado

es símbolo de resistencia

dentro de una sociedad

que actúa como el epicentro de un terremoto

e intenta convertirnos en quimeras

porque la preferencia sexual

no es heteronormativa

solo pedimos respeto

vivir en paz en nuestra propia utopía

amar y ser amade

sin la necesidad de evadir

tu odio que cada día

nos mata

Posted on December 7, 2021 .

Imposibilidades

Cristina Quiles Bengochea
Departamento de Biología
Facultad de Ciencias Naturales, UPR RP

Quisiera tener la habilidad de poder volar.

Decorar los cielos con los tonos de mi plumaje.

Así, por primera vez podría saborear la libertad.

Abrazar las nubes y permitirle al viento acariciarme.

Mudar mis vestiduras y dejar el pasado atrás,

con cada una de mis viejas plumas.

Devorarme al mundo con mis sentidos.

Ser capaz de emigrar cuando mi espacio no sea seguro.

Quizás a este sueño muches le llamen escapismo,

pero yo le llamo amor propio.

Posted on December 7, 2021 .

Tropidark tropicuir

Adele Negrón
Departamento de Pintura
Escuela de Artes Plásticas

La palabra gótico tiene varios significados. Para poder entrar en el tema de la moda gótica, primero tenemos que definir el término y el contexto en el que se utiliza, ya que puede tener varias interpretaciones dependiendo del conocimiento previo de una persona. En el inglés se hace una distinción entre las palabras gothic, Gothic y goth aunque en español su traducción se reduce a solo gótico. Gótico puede describir la civilización antigua de los godos, un movimiento artístico, un tipo de arquitectura, una clase de literatura, un género musical, una subcultura y una moda. Según Spooner, en Fashioning Gothic Bodies (2012), “el gótico en sí es un género en mutación, que redefine constantemente sus propios términos” (p. 20-21). Ya que es una palabra que con el pasar del tiempo se reinventa, en este siglo tiende a referirse a la subcultura o asociación a lo oscuro. Como sustantivo funciona para describir la subcultura en sí, al igual que a sus integrantes, y el adjetivo para describir aspectos de la misma. Todas las definiciones tienen algo en común y es que son el lado oscuro de la civilización. 

El arte gótico en particular tuvo influencias en la moda medieval; historiadores de traje tradicional denominan moda gótica a los estilos de vestimenta oriundos del norte europeo entre los siglos XIII y XV que servirán de inspiración en literatura, cine y moda en futuras generaciones. Luego de la plaga bubónica se popularizaron imágenes macabras de esqueletos y cadáveres en descomposición. A esta época se le llamó retroactivamente la Edad Oscura. La arquitectura de esa época fue un componente importante en la creación de lo que el autor Horace Walpole se le acredita haber iniciado; la literatura gótica. Walpole no sólo escribió la primera novela gótica, sino que también la escribió en su propio castillo gótico que había mandado a construir. Era conocido por su ropa extravagante estilo dandy, todo un esteta homosexual y excéntrico. Considerado como el primer gótico, su preferencia fueron modas extravagantes transformándolo en pionero de lo sensacional y escénico que luego formaría parte de la moda gótica moderna. La ropa siempre ha jugado un papel vital en la construcción de narrativas góticas. De hecho, la novela gótica está históricamente vinculada a la moda a través del surgimiento del consumismo moderno en el siglo XVIII. Es aquí donde la palabra gótico adquiere nuevas connotaciones como misterioso, violento, tenebroso, melancólico, decadente, espectacular, entre otros. El Marqués de Sade observó que las novelas góticas fueron consecuencia de las revoluciones que sucedieron en diversas partes de Europa, situación que también se verá en la década de los 70 del siglo XX que iniciará la subcultura gótica. Según Steele y Park (2008),

 Beginning with the rise of the gothic novel in the eighteenth century, gothic style has been associated with sublime themes of terror and the supernatural. Death is central to the gothic imagination, but the gothic vision of death is profoundly ambiguous. Rather than definitively marking the end of life, death is inextricably intermingled with life as revenants - ghosts, vampires, rotting corpses- constantly return from the dead. (p. 11)

En el siglo XIX surgen dos movimientos de renacimiento gótico en Europa, uno en la arquitectura y otro en la literatura en pleno finales de lo que se conoce como el Siglo de las Luces. Muchos artistas y autores comenzaron a buscar inspiración en el pasado, iniciando así vanguardias artísticas como el romanticismo, prerrafaelismo, grand guignol, decadentismo, entre otros. Todos estos movimientos servirán de musa en los siglos que le siguen en varios medios, notablemente en el cine, la literatura, el arte, la moda y la música. La autora de Frankenstein, Mary Shelley describió el género literario gótico como "la tempestuosa belleza del terror". Shelly, Bram Stoker, autor de Drácula, y Edgar Allan Poe (poeta estadounidense) que siempre vistió de negro (igual que el poeta francés Charles Baudelaire) (Kilpatrick, 2004, p.199), revolucionaron el género, cada cual haciendo aportaciones que aún se continúan viendo a nivel internacional. La literatura gótica, el cine negro y de horror, el romanticismo de lo macabro y costumbres de la Era Victoriana son algunos de los elementos que darán forma a la manifestación contemporánea del gótico. Scharf (2011) propone que:

Without punk, there would be no goth and without glam, there would be no punk. What started as a semi-political and slightly pretentious youth culture in the UK has since developed into an image-oriented and highly creative subculture that has assimilated a variety of musical and fashion influences as it has spread its wings and cast mysterious shadows across the world. (p. 5)

El comienzo de lo que se conoce como goth y no gothic, al igual que las previas encarnaciones de la palabra gótico, fue dado de forma retroactiva para describir un género musical y sus fanáticos. Inglaterra ya había visto el fenómeno de subculturas en el siglo XX y cuán ligado estaba la moda con la música, tal como sucedió con los Teddy Boys en las décadas de los 50 y 60, los Punks en los 70 y luego los Goths en los 80. Una de las figuras que se argumenta fue precursor de los góticos (de aquí en adelante se refiere a la subcultura o integrantes) es David Bowie con su personaje Ziggy Stardust. Los fanáticos emulaban su maquillaje y estilo sin importar su género.  El glam rock popularizó el uso de modas y maquillajes espectaculares para salir a conciertos, discotecas, barras u otros. Esta tendencia fue adoptada por otros fanáticos de diversos géneros musicales como homenaje a sus artistas favoritos: “clothing is above all a means of inserting the self into social discourse, literary or otherwise” (Spooner, 2012, p. 5).

Cómo y cuándo surge la música gótica puede variar un poco, pero muchos coinciden que es un producto directo de la música punk. El auge de ese género musical estaba decayendo a finales de los 70 y comenzaron a surgir bandas con un estilo musical menos agresivo, más intelectual y un sonido sombrío, al cual se le llamó post punk. Se había usado el término gótico para describir música anteriormente si tenían alguna característica misteriosa, oscura o melancólica. En 1967 el crítico John Stickney describió a la banda The Doors como gothic rock (Roberts et al., 2016). Años más tarde, en una entrevista que dio David Bowie en 1974, describió su álbum Diamond Dogs como gótico en estilo y no dio explicación más allá de eso. El término se usó nuevamente para describir música en 1979 para referirse a las canciones de Joy Division. Incluso el gerente de ellos, en una conferencia de prensa, describió el álbum Closer como música bailable con sobretonos góticos (Kilpatrick, 2004, p. 80). Lo que sí queda claro es que la característica más pronunciada de la música gótica es su asociación con temas oscuros. El sencillo de Bauhaus titulado “Bela Lugosi’s dead” (1979) fue impulsado por el amor de los integrantes Peter Murphy y Daniel Ash hacia las imágenes eróticas de vampiros. Esta canción comenzó la fascinación y la conexión con los muertos vivientes para la escena musical que se convertiría en gótica. Las bandas Siouxsie and the Banshees, Joy Division, Bauhaus y The Cure se consideran los pioneros del género, aunque ellos rechazaron rotundamente la etiqueta. 

En sus inicios, la música goth se consideraba un tipo de punk oscuro no solo por el sonido, sino que visualmente predominaba el negro en la vestimenta y el arte de los álbumes. Es esta característica la que será la más dominante en su definición moderna, la abundancia del negro. En 1981, Steven Abbo (de la banda UK Decay) comentó en una entrevista que la banda había ido a una gran catedral gótica en Alemania y estaban mirando fotos de cosas en decadencia y pensó que eso resume su música: “we were still punk but there was something decaying and gothic about our sound” (Scharf, 2011, p. 12) y le describió el sentimiento como Punk Gothique al periodista Steve Keaton. Los medios querían ponerle un nombre al género musical emergente que no era punk, algunas publicaciones lo habían llamado positive punk o new wave pero, luego de la entrevista de Abbo, la banda fue etiquetada como gótica. Uno de los integrantes de Siouxsie and the Banshees comenzó a llamar a Abbo “Mr. Goth” en son de burla, mientras que el vocalista de la banda Sex Gang Children se acogió al significado completo de la palabra gótico, inspirándose plenamente de todo lo que representaba. La estética de estas bandas se convirtió en un lenguaje visual y sus estilos teatrales y macabros serán emulados por sus fanáticos por décadas. El género musical fue bautizado con un nombre, aunque muchas de las bandas no aceptaban el título ya que se sentían encajonados a un estilo en particular que podía variar entre rock o electrónico. “I hate the word goth because no one really knows what it is”, afirmó el integrante de Souxsie and the Banshees, Steven Severin en una entrevista (Baddeley, 2010, p. 39).

La subcultura como tal tuvo origen en 1982 con la apertura de una discoteca en Londres llamada Batcave fundada por Olli Wisdom y Jon Klein, de la banda Specimen, donde semanalmente tocaba la banda. The Batcave fue el club nocturno que se convirtió en el hogar para la emergente subcultura gótica donde podían vestirse dramáticamente y bailar su música favorita. Predominaba cabellos negros largos y cardados (teasing) y maquillaje oscuro que acentuaba los ojos, pómulos y labios, independiente de género. Fotos de los que asistían a la discoteca comenzaron a ser publicadas en revistas de música y así llegó a propagarse el estilo y la música post punk por Europa y Estados Unidos. En otros países surgieron movimientos similares luego de la caída del punk como lo fue el cold wave en Francia, el dark wave en Alemania y el death rock en Estados Unidos, todos compartiendo elementos visuales parecidos al post punk británico. A partir de ahí la subcultura comienza a ser un fenómeno internacional. En algunos países no fue hasta comienzos de la década de los 90 que surgen bandas y comunidades góticas en países como Perú, Israel y Sudáfrica, creando sus propias versiones de Goth Night (Scharf, 2011). 

Albert Cohen describe las subculturas como grupos de individuos que se reúnen para solucionar problemas sociales mediante el desarrollo de nuevos valores basados en características compartidas. Para formar parte de una subcultura, la persona tiene que ser identificada como tal y debe ser una marginada de la sociedad, o sea, que no pertenezca a la sociedad dominante. Los participantes tienden a ayudarse entre sí para la interacción social, validan sus ideologías en común y estilo de vida. Hodkinson (2002) argumenta que se deben incluir los siguientes criterios: identidad, compromiso, autonomía y características distintivas consistentes. Aunque no sean elementos definitivos de las subculturas, son factores contribuyentes en la definición de ella. Basado en estos criterios, los góticos son una subcultura y no simplemente una moda pasajera, hay un sentido de identidad compartida, adherencia a estilos fácilmente identificables, similitud de preferencias y prácticas de consumo. También existe la producción de artículos, multimedia y organización de eventos específicamente orientados a ese mercado. Kilpatrick (2004) argumenta que “goth is one of the premiere artistic movements of the late twentieth and early twenty first centuries, and true artists are, by nature, unique and unpredictable” (p. 3).

En la década de los 90, con la llegada del Internet a los consumidores, las comunidades góticas alrededor del mundo encontraron foros y chats para comunicarse los unos con los otros, incluso coordinaron eventos llamados Goth meetups para conocerse en persona. Ahora no solo tenían acceso a contenido de revistas, que en algunos países eran difícil de obtener, sino que era más fácil compartir ideas, noticias, fotos, consejos, de todo aquello de interés para la comunidad gótica en las redes cibernéticas, fortaleciendo la subcultura como nunca antes. 

El libro The Goth Bible recoge historias de docenas de integrantes de la subcultura donde narran sus experiencias incluyendo entrevistas a músicos y diseñadores de ropa y accesorios. La mayoría comparte una historia similar: comenzaron a crear para satisfacer la necesidad de consumir lo que les gusta al ver que no había algo similar o era muy poca la variedad en su lugar de procedencia. Es así como surgieron varias marcas que aún sobreviven ofreciendo una selección de productos orientados a los góticos y otras subculturas que comparten estilos parecidos. En los últimos 10 años se han multiplicado la cantidad de marcas orientadas a la subcultura gótica. Bush plantea que la subcultura gótica estadounidense es una de consumo lo cual coincide con la apreciación de Hodkinson en su libro Goth: Identity and Style. Estas investigaciones etnográficas sirven de modelo para establecer tendencias dentro de grupos que se identifican como subculturas relacionadas a un género de música con un estilo sartorial particular. “Goth signifies difference through stylistic innovation and the aestheticization of everyday life and is also consumer and commodity oriented by nature” (Bush, 2013, p. 6). Spooner llega a conclusiones similares, pero hace comparaciones de la subcultura con las comunidades de fanáticos (fandoms): 

Goth as a subculture is specifically geared towards consumption: not only of the conventional subcultural commodities, music and clothing, but also of literary and cinematic narratives… Goths suture their identities from complex networks of literary and cinematic affiliation, incorporating the various characters and archetypes they encounter into their fantasy life and playing them out through costume. While some Goths may be more literate than others in the tradition of Gothic representations, all have to a greater or lesser extent constructed themselves, Frankenstein-like, from the scraps and fragments of that tradition.  (2012, p. 165)

 Cabe señalar que existen dos tipos de moda gótica, aquella que está relacionada a una subcultura, la cual continúa evolucionando, y la de alta costura, que es un tema recurrente en la moda contemporánea. Según Kilpatrick (2004), “all of the major design houses have ventured into goth style at one time” (p. 4). Diseñadores como Alexander McQueen, John Galliano, Rick Owens, Olivier Theyskens y Yohji Yamamoto tienen colecciones que pueden ser consideradas góticas, aunque no se identifican con la etiqueta por las connotaciones variadas que tiene la palabra. Valerie Steele (2008) aduce:

Yet, not all black clothes are gothic, nor is gothic fashion always black. For a fashion to be gothicized means that either the clothing itself or its representation in a fashion photograph or catwalk show alludes in some way to the vast pool of gothic associations.  (p. 10)

Olivier Theyskens, por ejemplo, rechazó por completo en una entrevista ser asociado a la subcultura. Pensaba que cuando le preguntaban si su colección era gótica, estaban haciendo referencia a los movimientos de arte y literatura hasta que le mostraron fotos de góticos modernos y explicó que su uso casi exclusivo del negro en sus colecciones no tiene que ver con una moda callejera. Muchos diseñadores apropian modas callejeras, aquellas que llaman street fashion. Voiez Carmilla opina de las apropiaciones de la subcultura gótica por diseñadores como Burberry y Galliano: “I find it flattering. I enjoyed seeing what the high-end designers did with the aesthetic more than what the high street did with it” (2020). 

Entonces, ¿qué es ser gótico? ¿La música que escuchas? ¿Cómo vistes? ¿Lo que lees? Hoy día la subcultura continúa transformándose con participantes que se adhieren a los estilos clásicos de sus inicios (llamados Trad Goths), además que existen diversas variantes como los cybergoths y su relación a la música aggrotech, aunque no necesariamente hay correlación. Gótico es un término generalista que describe los participantes de la subcultura, aunque existen aquellos que les gusta la moda, pero no escuchan la música y vice versa.

Como participante de la escena gótica en Puerto Rico ha sido curioso ver cómo se manifiesta la moda en la isla. Dentro de la subcultura se repiten patrones heteronormativos en cuanto a la comercialización de la ropa. Aunque existen faldas para hombres, lo que predomina en el mercado orientado a los góticos son estilos bien “masculinos” para hombres y “femeninos” para mujeres.  

Una de las razones por la cual quise aprender a coser era para hacerme mi propia ropa. He hecho mis propias piezas como el kimono negro que aparece en mi foto. Este tipo de trapo, cómo me gusta llamarle, es mi respuesta al calor tropical de la isla. No es fácil querer vestirse gótico en Puerto Rico y a lo largo de los años he adoptado un estilo que yo llamo tropidark. Admiro las personas que tienen la paciencia para maquillarse a diario, porque siento que es mucho esfuerzo para que se derrita con los calores salvajes de aquí. En la búsqueda de mi propio estilo de maquillaje a veces incorporo el chorreado, exagerado de ojeras y contornos oscuros.

Como persona no binarie, he expresado mi identidad de género de forma fluida escogiendo los aspectos “femeninos” y “masculinos” dentro de lo gótico. Mi top de arcoiris fue hecho por Taller Ital. Hice la foto en junio para celebrar Pride Month. Al uno ponerse un arcoiris durante el mes de junio muestras solidaridad con la comunidad LGBT+ y para algunas personas la única forma que nos ven como cuir es usando el arcoiris.

We here, we queer, but make it goth.

Referencias

Baddeley, G. (2010). Goth: Vamps and dandies. Plexus.

Bush, L. (2013). Fashion and consumer culture in America [Tesis de maestría, University of Maryland]. Academia.edu. https://www.academia.edu/9205183/An_Overview_of_Goth_as_a_Subculture_of_Consumption

Hodkinson, P. (2002). Goth: Identity, style, and subculture. Berg.

Kilpatrick, N. (2004). The Goth Bible. New York St. Martin’s Press.

Roberts, C., Livingstone, H., & Baxter-Wright, E. (2016). Goth: The design, art and fashion of a dark subculture. Carlton Books.

Scharf, N. (2011). Worldwide Gothic: A Chronicle of a tribe. Independent Music Press.

Spooner, C. (2006). Contemporary gothic. Reaktion.

Spooner, C. (2012). Fashioning gothic bodies. Manchester University Press.

Steele, V., & Jennifer Park, J. (2008). Gothic: Dark glamour. Yale University Press. (pp. 3, 5-7, 10, 12, 14, 57.)

Voiez, C. Entrevista personal. 5 de marzo de 2020. 

Voltaire, A. (2004). What is goth? Weiser Books.

Posted on December 7, 2021 .

Estigma social como percepción del magisterio de escuela elemental hacia la comunidad LGBTTIQ+ en Puerto Rico

Julio Canino Rodríguez
Departamento de Trabajo Social
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP

José González Rivera
Departamento de Trabajo Social
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP

Amy Torres Collazo
Departamento de Trabajo Social
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP

Melani Gines Vázquez
Departamento de Trabajo Social
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP

Resumen

La Comunidad LGBTTIQ+ en Puerto Rico ha sido históricamente sujeto de opresión y discrimen tanto social, como políticamente. Propusimos examinar, desde un enfoque cuantitativo con un diseño no experimental-transversal, los estigmas sociales predominantes hacia esta población de parte de las percepciones del magisterio de nivel elemental en la Región Educativa de Bayamón del sistema público de enseñanza. Los hallazgos, aunque no generalizables, indicaron que el estigma social preponderante es el tribal, que existe una relación entre el estigma hacia personas LGBTTIQ+ y la religiosidad, y que el estigma tiene mayor incidencia en las zonas rurales de tal región educativa.

Palabras claves: Comunidad LGBTTIQ+, estigma social, magisterio, religiosidad, percepciones

 

Abstract

In Puerto Rico, LGBTTIQ+ individuals have been historically oppressed and discriminated against both socially and politically. Using a non-experimental transversal design, we proposed examining the predominating social stigmas against the LGBTTIQ+ community from elementary school teachers' perceptions in the Bayamon Educational Region of the public education system. Findings suggest that the tribal stigma prevailed when compared to other stigmas, that there is a relation between stigma against LGBTTIQ+ individuals and religiosity, and that rural zones have higher rates of stigma in the mentioned educational region. 

Keywords: LGBTTIQ+ community, social stigma, teachers, religiosity, perceptions

Introducción

La Comunidad LGBTTIQ+ ha sido habitualmente oprimida debido a los estigmas sociales que la vulneran. Tales estigmas son actos de prejuicio, discrimen, segregación y opresión realizados en contra de cierta población. Para efectos de este estudio, se utilizaron los tipos de estigma social establecidos por Goffman (1968), los cuales son los defectos corporales, los defectos de la conducta y los defectos tribales. El primero se refiere a las deformidades del cuerpo, el segundo a las pasiones consideradas antinaturales y el tercero a las creencias, la procedencia y lo que es transmitido por cuestiones hereditarias.

Ahora bien, teniendo en cuenta que la Comunidad LGBTTIQ+ ha estado sujeta a un sinnúmero de opresiones, tanto sociales como sistemáticas, decidimos explorar la posibilidad de que el discrimen se encuentre arraigado en el sistema educativo. Por tanto, la investigación se llevó a cabo en la Región Educativa de Bayamón del sistema público de enseñanza por el hecho de que contenía tanto zonas urbanas como zonas rurales. Por otra parte, se escogió al magisterio como sujeto de estudio, dado que ellos fungen como modelos a seguir para la niñez en el país, por lo que puede que ciertas perspectivas o percepciones que tengan se transmitan a través de la enseñanza.

 El objetivo general de la investigación fue estudiar los diferentes tipos de estigma social hacia la Comunidad LGBTTIQ+ que pueden existir de parte del magisterio de nivel elemental del sistema público de enseñanza de Puerto Rico en la Región Educativa de Bayamón por zona rural y zona urbana. Esto con el fin de contestar las siguientes interrogantes: (a) De presentarse algún estigma de índole social hacia la Comunidad LGBTTIQ+, ¿cuál predominará en la Región Educativa de Bayamón entre el magisterio del nivel elemental (kínder- 5to grado)?; (b) ¿Existe alguna relación entre la religión y el estigma social hacia la Comunidad LGBTTIQ+ en la Región Educativa de Bayamón?; y (c) ¿En qué área geográfica (rural o urbana) predomina el estigma social hacia la Comunidad LGBTTIQ+ en la Región Educativa de Bayamón por parte el magisterio de nivel elemental?  

Para contestar tales interrogantes, propusimos las siguientes hipótesis:

H1: El estigma social de defectos conductuales es el más que predomina en la docencia de la Región Educativa de Bayamón entre el magisterio del nivel elemental. 

H2: Existe una relación entre la religión y la estigmatización social hacia la Comunidad LGBTTIQ+ en docentes de la Región Educativa de Bayamón.

H3: El magisterio de nivel elemental que labora en zonas rurales de Bayamón posee una percepción negativa mayor respecto a la Comunidad LGBTTIQ+ en comparación con las zonas urbanas. 

 

Revisión de literatura

Magisterio de nivel elemental (kínder a 5to Grado) 

El magisterio es la posición profesional del maestro y hace referencia a la labor que realiza con sus alumnos mediante la enseñanza. De igual manera, el concepto puede ser utilizado para nombrar al conjunto de maestros de una región (Pérez Porto & Merino, 2014). Por su parte, el magisterio de nivel elemental abarca los grados de kínder a quinto, teniendo como meta el educar al estudiantado respetando la diversidad.

 No obstante, la educación continúa siendo influenciada por la moral heteronormativa y, durante el nivel elemental, es que comienza a reflejarse en los estudiantes y sus relaciones. La mencionada influencia ocurre en el nivel elemental a través del magisterio y de los encargados del estudiantado (Bayón & Saraví, 2019). Cuando un estudiante no responde a la moral heteronormativa, se puede afectar por el discrimen por parte de sus compañeros y, aunque sea de manera inconsciente, del magisterio. Para erradicar esto, se recomienda abrir la discusión pública tanto colectiva como individualmente, con el fin de comprender la diversidad de los seres humanos (Arteaga & Dyjak, 2006).  

Comunidad LGBTTIQ+ 

La Comunidad LGBTTIQ+ se define como un término para englobar a diversas personas que no suelen identificarse con el modelo preestablecido de la heteronormatividad (Byne, 2014). Es decir, es un término sombrilla que permite la identificación en la sociedad de estas personas y se utilizan sus siglas para la inclusividad de la misma, las cuales son: Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgéneros, Transexuales, Intersexuales, Queer/Questioning y otras denominaciones (Lambda Legal, 2013). Por otro lado, en términos del sistema de enseñanza, este sufre de una limitada información y decadencia de currículos integrados a una perspectiva de género, lo que ha ocasionado situaciones amenazantes para la comunidad. Entre estas se encuentra una perspectiva heteronormativa que prevalece en las escuelas y dado a esto, se desarrolla una influencia en las relaciones escolares que pueden afectar el aprendizaje integral (Wimberly, 2015).  

A raíz de una muestra significativa en un estudio realizado en Puerto Rico, se evidenció la intolerancia por parte de varias agencias de gobierno hacia la comunidad (Toro-Alfonso, 2008). Lo mismo sucede en otras partes del mundo, teniendo como ejemplo a un estudio realizado en la escuela oficial de la Ciudad de México, en el cual se describe a la homosexualidad y a la historia de esta con un enfoque negativo. Esto refleja la idiosincrasia del imaginario social hacia este colectivo dentro de los aspectos socioculturales, la cual está llena de rechazos y fomenta la exclusión hacia este (García et al., 2016). Por último, para efectos de este estudio, era pertinente entender los conceptos de la orientación sexual y la identidad de género. Primeramente, la orientación sexual se define como la “atracción emocional, romántica, sexual o afectiva duradera hacia otros” (American Psychological Association, 2020, párrafo 1). En segunda instancia, la identidad de género es definida como el sentido de pertenencia de una persona en torno a si es hombre, mujer o cualquier otro género, el cual no tiene que corresponder a su sexo asignado al nacer (American Psychological Association, 2015). 

Estigma social y sus tipos

El estigma es definido como una traza distintiva corporal que denota mala fama (Real Academia Española, 2014). A este se le añade el asunto social, toda vez que relaciona la mala reputación basada en la distinción de la persona con la organización de la sociedad misma, creando así el sufrimiento social (Pinzani, 2020). Tal forma de sufrir ha hecho que el estigma tenga una diferenciación, el estigma social. 

 Al ser este una pieza fundamental que lacera el bienestar de la gente que no se considera socialmente común, conviene identificar sus respectivos tipos. Goffman (1968) establece tres principales tipificaciones del estigma social, los cuales son los defectos tribales, los defectos corporales y los defectos de la conducta. Los primeros se encuentran orientados al país de procedencia, las creencias o a todo lo que se transmite hereditariamente. En cambio, los segundos van dirigidos a las deformidades de índole física que pueden tener las personas. Por último, los terceros se sitúan en virtud de pasiones o conductas consideradas como antinaturales, es decir, las condiciones de salud mental, la homosexualidad, la falta de voluntad, entre otras.

Percepción sobre estigmas sociales y sus causas 

Para determinar la gravedad de las causas de los estigmas sociales, se extendió la ejemplificación por medio de varios estudios. En primera instancia, en un artículo sobre la correlación entre la libertad de religión y la discriminación hacia la Comunidad LGBTTIQ+, se muestra la discriminación hacia este colectivo y la influencia de la religión como factor que incide en los pensamientos de la sociedad para llevar tal discrimen a cabo (Small, 2018). Ahora bien, es importante recalcar que la Comisión de Derechos Humanos de la Organización Mundial de las Naciones Unidas establece la diferenciación de la libertad de religión, por lo que clarifica que esta tiene sus límites en caso que interfiera con los derechos fundamentales de las personas (Bajornas, 2018). Por otra parte, se destaca en un artículo de Kurian (2019) cómo los estudiantes que se identifican como LGBTTIQ+ pueden ser víctimas de discrimen por parte del magisterio. Esto se da porque estos desconocen acerca de políticas públicas que favorecen al colectivo y tienden a no saber distinguir entre los lenguajes exclusivos que pueden ser ofensivos hacia este.

Por último, se identificaron varias razones que originan el estigma social en contra de la Comunidad LGBTTIQ+. Entre estas se encuentran la desinformación, la relación del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) con la comunidad, las prácticas religiosas, la imposibilidad para procrear y el posicionamiento de que practican sexo antinatural (Matviiko & Shkoliar, 2019). Más aún, el estigma que surge de las mencionadas causas, puede dañar a los miembros de la mencionada comunidad en términos de la negación de empleo, la presión psicológica, el suicidio, el rechazo de la familia, entre otros.

Marco teórico

Con el objetivo de conceptualizar y analizar profundamente las percepciones sobre estigmas sociales que tenían los maestros de escuela elemental hacia la Comunidad LGBTTIQ+, empleamos la teoría del construccionismo social. Esta teoría establece que el contexto de las personas influye enormemente en la significación de sus posturas respecto a un objeto o tema en particular, por medio del lenguaje. Como postulan Gergen et al. (2007), la forma de actuar de los seres humanos muestra secuencias de pensamiento que se encuentran aclimatadas por el propio ambiente en el que estos se desarrollan.

Por otro lado, la teoría del construccionismo social establece que las acciones de las personas se construyen por el contexto que comparten, a las cuales se les dan significaciones cuando estas las comprenden (Bedoya & Arango, 2013). Esta comprensión pone al lenguaje como enfoque al momento de las interacciones sociales, de forma que el discurso edifica los paradigmas y las sociedades (Burr, 2015). Por consiguiente, para aplicar esta teoría a este estudio, conceptualizamos los estigmas sociales hacia la Comunidad LGBTTIQ+ como constructos sociales perpetuados por el contexto sociopolítico en el que el magisterio de nivel elemental se ha desarrollado tanto social como profesionalmente, haciendo de esta manera que el discurso discriminatorio en detrimento de tal población quedara como efecto de la causalidad que conlleva la falta de currículos atemperados al respeto de la diversidad sexual y de género naturales del ser humano.

Diseño metodológico

 Para efectos de esta investigación, el diseño fue cuantitativo, no experimental-transversal de alcance exploratorio-descriptivo, por lo que se desarrolló desde las premisas del paradigma positivista. La recolección de datos se realizó mediante un cuestionario en línea autoadministrado por medio de la plataforma Google Forms, compuesto de 33 preguntas, donde los reactivos (luego de las preguntas sociodemográficas) se contestaban a partir de la escala Likert. Dicha escala consistió del 1 al 5, siendo 1=Muy en desacuerdo, 2=En desacuerdo, 3=Neutral, 4=De acuerdo y 5=Muy de acuerdo.

Las variables de interés fueron: los estigmas sociales (físicos, de conducta y tribales), la percepción sobre la identidad LGBTTIQ+ (estereotipos, aceptación, orientación sexual e identidad de género) y las razones causales de los estigmas sociales (prácticas religiosas, desinformación, relación de la Comunidad LGBTTIQ+ con el VIH y el posicionamiento de imposibilidad para procrear ante la práctica de sexo antinatural). En cuanto a la validez del cuestionario, el mismo se realizó con un lenguaje claro y entendible y fue revisado por una experta y docente de Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Participantes 

Los criterios de inclusión de los participantes fueron: (a) ser maestro del sistema público de enseñanza de Puerto Rico; (b) tener 21 años en adelante; (c) trabajar en el sector urbano o rural de la Región Educativa de Bayamón; y (d) dar clases a nivel elemental durante el segundo semestre del año escolar 2020-2021. La muestra del estudio fue no probabilística basada en conveniencia y se recopiló utilizando la técnica bola de nieve. El perfil de la muestra se compuso de 52 participantes en total, donde se obtuvo una cantidad de 39 participantes féminas, es decir, el 75% de los participantes, y 13 varones para un resultado de 25%. Se obtuvieron las edades de los participantes y su frecuencia por rango. Es decir, de 21 a 30 años, la frecuencia fue de ocho en total. De 31 a 40 años, se obtuvo un total de 16 participantes. De 41 a 50 años fueron 19 participantes y, finalmente, de 51 a 60 años un total de nueve participantes.

En términos de si practicaban una religión, 38 participantes indicaron que sí practicaban alguna, arrojando un porcentaje de 73.1%, mientras 14 participantes indicaron que no practicaban ninguna religión con un porcentaje de 26.9%. Sobre el lugar de trabajo por zona geográfica, un total de 25 participantes indicaron que enseñaban en la zona rural, es decir, 48.1% y 27 participantes enseñaban en la zona urbana con un porcentaje de 51.9%, dando así un resultado balanceado en el total de las respuestas.

Hallazgos  

Utilizando la fórmula para calcular la media, esta se calculó sumando las contestaciones de todos los participantes según la escala Likert (1, 2, 3, 4 o 5) y dividiéndola entre el número de participantes (n=52). Se utilizaron las preguntas correspondientes a cada dimensión y luego de calcular la media de cada pregunta, se sumaron los resultados y se dividió entre el número total de preguntas. El resultado final de cada estigma indica la media de dicha dimensión. Para la H1, luego de calcular las medias totales de cada dimensión, se observa que el 2.33 correspondiente a los estigmas tribales es mayor que el 2.20 de los estigmas conductuales y el 2.17 de estigmas físicos es menor al 2.33 (ver Figura 1). Por tanto, al ser el valor de la media del estigma tribal más cercano al 5 (muy de acuerdo), es el más que predomina y, por consiguiente, se rechazó la primera hipótesis.

Figura 1: medias por tipo de estigma [Goffman]

Tomando en consideración la pregunta 4 del cuestionario, se sumaron las medias de las preguntas de las dimensiones de los estigmas sociales (físicos, tribales y conductuales) y se dividió entre el número de dimensiones (3) respecto a los maestros religiosos y no religiosos. Se observó que la media de las personas religiosas (38) equivale a 2.33, lo cual es mayor a la media de las personas no religiosas (14) que es 1.55. Por lo tanto, las personas religiosas de la muestra tuvieron una mayor estigmatización social hacia la Comunidad LGBTTIQ+ por el hecho de que el 2.33 se acercó más al 5 de la escala Likert, que el 1.55 de los no religiosos (ver Figura 2). Por consiguiente, se aceptó la segunda hipótesis.

Figura 2: Medias por tipo de estigma [Goffman] y religiosidad del magisterio

Se tomaron en cuenta las medias de las preguntas según la dimensión dentro de la variable de percepciones sobre la identidad LGBTTIQ+. Se sumaron las respuestas de los participantes de la región rural (25) y urbana (27) y se dividió entre el número de participantes de esa región. Al sumar estos, se sumaron las medias de todas las dimensiones y se dividió entre el número total de estas (3), cuyo resultado indicó que existe una mayor percepción negativa en la región rural 2.85 que en la región urbana 2.70 (ver Figura 3). Por lo tanto, considerando que 2.85 es mayor que 2.70, existe una mayor percepción negativa hacia la Comunidad LGBTTIQ+ en la zona rural al compararla con la zona urbana. Por consiguiente, se acepta la tercera hipótesis respecto a la Comunidad LGBTTIQ+.

Figura 3: medias sobre percepciones lgbttiq+ por zona geográfica del magisterio

Conclusión

A pesar de que los hallazgos de este estudio no pueden ser generalizados, las percepciones de los participantes de la muestra priorizan la falta de información como indicativo para ostentar estigmas sociales en pugna de la Comunidad LGBTTIQ+, a la vez que la religión incide en la agudeza de tales estigmas. Es considerable la desinformación por parte de la muestra en torno a la transexualidad y a la relación del VIH con esta población, mientras que aún hay maestros que en efecto sí conocen sobre la diversidad humana y respetan a la Comunidad LGBTTIQ+. Como se reseña en la literatura, la libertad religiosa fomenta la discriminación y basado en nuestros hallazgos, esta premisa es sustentada en nuestro estudio. Además, el grupo examinado mostró que el estigma tribal es el más que predomina, lo cual no se contempla en la literatura, representando así un hallazgo novedoso que debe considerarse en investigaciones futuras. A su vez, otro hallazgo importante es que en la zona rural se muestra mayor tendencia a la estigmatización de la Comunidad LGBTTIQ+, en comparación con la zona urbana, algo que no se profundiza en la literatura existente. A la luz de esto, recomendamos que el Departamento de Educación oriente la educación desde una perspectiva inclusiva hacia la diversidad y que asegure a los jóvenes LGBTTIQ+ un bienestar integral en los planteles escolares.

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Posted on December 7, 2021 .

Josphine Baker: Redefiniendo la raza y el género mediante el performance

Adriana S. Márquez Morales
Departamento de Historia
Facultad de Humanidades, UPR RP

Resumen

Josephine Baker fue una mujer que, a pesar del contexto socioeconómico en el cual se crio, logró superarse y convertirse en una de las estrellas más famosas en el ámbito del entretenimiento del siglo XX. Esta investigación analiza la manera en que Baker, mediante su performance, utilizó su cuerpo y asumió los estereotipos de una mujer negra de esa época con el fin de alcanzar la fama. Al saber que sería subestimada por su feminidad, característica considerada como débil, supo trabajarla a su favor en el escenario y en su vida personal, apropiándose de los imaginarios racistas y sexistas para subvertirlos a su favor.

Palabras claves: Josephine Baker, teoría de género, feminismo, racismo, era del jazz

Abstract

Josephine Baker was a woman that, in spite of the socioeconomic context she grew up in, managed to overcome difficulties and became one of the biggest stars in entertainment of the 20th century. This investigation analyzes how Baker, through her performance, used her body and acted in a stereotypical manner—for a black woman of that time—to achieve fame. Knowing that she would be underestimated for her femininity, a trait considered weak, she knew how to work it in her favor on the stage and in her personal life, reappropriating these racist and sexist convictions and reclaiming them for her benefit.

 Keywords: Josephine Baker, gender theory, feminism, racism, Jazz Age

  

Introducción

Para poder realizar esta investigación, utilicé como fuentes primarias dos libros: la autobiografía de Josephine Baker, publicada póstumamente por su último esposo, Jo Bouillon, y la biografía escrita por su hijo adoptivo Jean-Claude Baker. Aunque se le reconozca como autobiografía, pues Josephine redactó información acerca de su vida con el fin de publicarla antes de morir, fue su esposo, Bouillon, quien editó lo anteriormente escrito, añadiendo información desde su perspectiva. La biografía escrita por Jean-Claude Baker es la más extensa debido a que entrevistó directamente a las personas que formaron parte de todas las etapas de la vida de Josephine, haciendo un recorrido desde Saint Louis, Missouri hasta Dordogne, Francia, y todos los lugares en los cuales ella habitó a lo largo de su vida. Además, como fuentes secundarias incorporé varios artículos académicos que analizan y problematizan los performances de Josephine Baker desde los ángulos feministas, raciales y cuir, varias biografías escritas póstumamente y recursos audiovisuales. Finalmente, utilicé una semiografía[1] para analizar más a fondo lo que simbolizaba y quería representar Josephine. Mientras hacía las lecturas, noté que, en su autobiografía, Josephine (o Jo Bouillon) omitían o tergiversaban ciertos eventos de su vida, los cuales son redactados de forma muy distinta en la biografía de Jean-Claude Baker. Por tal motivo, la fuente principal de esta investigación es la biografía, y no la autobiografía. Muchas veces Josephine moldeó su pasado para que se adaptara de manera conveniente a su presente, por lo que no es una narradora fiable. Los hallazgos de esta investigación se basan en lo leído y en mi interpretación como historiadora.

Josephine Baker y sus comienzos

Josephine Baker nació el 3 de junio de 1906 en Saint Louis, Missouri de una madre negra y de un padre desconocido. En su autobiografía, Josephine indica que su padre era un hombre mestizo,[2] mientras que Jean-Claude Baker presume que fue un hombre blanco que había empleado a su madre.[3] Su tez era más clara comparada al resto de su familia, por lo que desde su niñez desarrolló una relación compleja con su color de piel y con su raza.

Desde temprana edad, Josephine trabajaba para apoyar a su familia económicamente. A los 13 años se unió a la banda de vodevil Dixie Steppers como la “chica cómica” y recorrió junto a ellos la parte este de Estados Unidos por varios años. Su anhelo por experiencias nuevas la llevó a quedarse en Nueva York, en donde se unió a otra compañía de Broadway. Durante este tiempo, Josephine desarrolló sus habilidades artísticas—notablemente el canto y el baile—lo cual le permitió tener roles más protagónicos en dos producciones diferentes: Shuffle Along y The Chocolate Dandies.

Durante esta época, Josephine hizo todo lo que pudo para sobresalir entre los demás actores y actrices. Nunca tuvo miedo de intentar cosas nuevas, y siempre estaba preparada para la próxima etapa de sus aventuras. Tampoco titubeó cuando se le presentaban oportunidades—no importaba cuán lejos fuese y lo que tuviese que dejar atrás—pues sabía que sin sacrificio no podía lograr lo que más anhelaba: ser famosa.

Rumbo a París: conquistando a Europa con su cuerpa[4]

Llegada a París 

Josephine Baker estaba trabajando en Nueva York cuando le ofrecieron una oportunidad única de ir a bailar en París, Francia. Como ya estaba aburrida de trabajar en los Estados Unidos, quiso embarcarse en una nueva aventura. Cuando Josephine Baker llegó a París en septiembre del 1925, ya había un grupo numeroso de afroamericanos expatriados viviendo allí. Luego de la Primera Guerra Mundial, muchos soldados decidieron quedarse en Francia al darse cuenta de que eran tratados mejor que en su propio país. Con ellos también llegaron un sinnúmero de artistas que fueron adulados por su manera distinta de cantar, bailar y entretener.[5]

La sociedad francesa, vanguardista pero aún muy blanca, quedó impactada con la cultura negra. Desarrolló un tipo de adoración que bell hooks y otras autoras feministas han interpretado como el racismo mediante la exotificación.[6][7][8] Las personas francesas estaban obsesionadas con todo lo que tuviese que ver con la cultura negra. No obstante, es importante hacer la distinción entre las personas negras y la cultura negra. Los franceses no veían a las personas negras como sus iguales, sino como un “otro” inusual—y exótico—cuyas formas de arte eran sumamente interesantes pero, aun así, primitivas. Este discurso racista estaba atado al colonialismo,[9] puesto que Francia tenía varias colonias africanas y caribeñas cuyas poblaciones eran predominantemente negras.[10] Es bajo este contexto político-histórico que Caroline Dudley Reagan reúne a 25 artistas afroamericanos, entre ellos a Josephine Baker, para producir una obra en París basada en la experiencia afroamericana, esperando lucrarse de sus bailes y manierismos “exóticos”. 

La Revue Nègre

La obra producida por Caroline Dudley Reagan tenía como título La Revue Nègre, haciendo un énfasis en el contenido, es decir, en la raza de las personas que formarían parte del elenco, y sería presentada en el teatro Champs-Élysées. La obra estaba compuesta de varias escenas que presentaba no solo los paisajes “afroamericanos”, como el río Mississippi, sino también sus bailes, como el charleston. Inicialmente, La Revue Nègre tenía bailes relativamente ordinarios. Sin embargo, fue revisado para que tuviese elementos más “salvajes” y más “exóticos”, para así representar lo “verdaderamente” negro. De esta revisión, surgió la creación del danse sauvage (“danza salvaje” en francés), del cual Josephine sería la protagonista.[11]

En este baile, que era el gran final de La Revue Nègre, Josephine aparecía encima de la espalda encorvada de su pareja Joe Alex, un danzante africano, en un escenario convertido en selva.  Ambos solo estaban vestidos con plumas en sus muñecas, sus tobillos y estratégicamente posicionadas alrededor de la cintura. Cuando Joe colocó a Josephine en el piso, ella comenzó a bailar una danza del vientre, agitando vigorosamente su trasero y dejándose llevar por la música. Josephine comenta en su autobiografía que esa primera noche: “[d]riven by dark forces I didn’t recognize, I improvised, crazed by the music… Each time I leaped I seemed to touch the sky and when I regained earth it seemed to be mine alone” (movida por fuerzas oscuras que no reconocía, improvisé, delirante por la música… Cada vez que brincaba sentía que tocaba el cielo y cuando regresaba a la tierra sentía que era para mí sola).[12] Cuando culminó su baile, la audiencia aplaudió apasionadamente—aunque sí hubo personas que expresaron su disgusto por la “vulgaridad” del baile—y Josephine se sintió enaltecida de haber capturado y deleitado a su audiencia.

Al alegar que sus movimientos surgieron espontáneamente, esto se puede interpretar como que Josephine quería establecer en su autobiografía que no tuvo control en la creación de su nueva imagen racializada y exotificada. No obstante, otras fuentes biográficas aluden a que su ingenuidad fue fabricada intencionalmente. Tomando en consideración que su autobiografía fue parte de la construcción de su imagen, se puede concluir que su supuesta espontaneidad fue creada para naturalizar su imagen “salvaje”. Jules-Rosette propone que, aunque Josephine negó responsabilidad en la creación de esta imagen racializada, sí la manipuló a su favor y se lucró de ella: “Josephine participated fully in the new racial, sexual, and personal freedom that Paris offered” (Josephine participó a cabalidad en la nueva libertad racial, sexual y personal que París ofrecía).[13] En efecto, Josephine aprendió que, en la industria del entretenimiento, lo que importaba era la imagen que transmitía al público.

Para construir su imagen e identidad, Josephine utilizó como estrategia la exotificación del género y la raza, la inversión de los significantes raciales y culturales y la demostración de lo diferente mediante la desnudez, el baile y la música.[14] Aunque la idea original de presentar a Josephine como una mujer primitiva fue creada por los ejecutivos franceses blancos de La Revue Nègre, sería impreciso asumir que a ella se le impuso esta imagen. Su meta era alcanzar la fama y, para lograrlo, tenía claro que debía satisfacer los gustos de la audiencia. En la década del 1920, los parisinos querían ver a las personas negras en lo que ellos consideraban que era su hábitat natural: inmersos en la naturaleza y actuando casi como “animales salvajes”. Esta era la imagen que tendría que emular Josephine para poder ser exitosa.

Sin reparos, Josephine se lanzó a la construcción de su imagen e identidad. Desde un principio supo distinguir entre su imagen como artista y su imagen como persona. Según los historiadores Dalton y Gates: “If she resembled some bizarre form of wild animal onstage, on the street she was a model of Parisian chic in designer Paul Poiret’s dresses with her well-oiled hair hugging her skull” (Si en el escenario ella parecía un tipo de animal salvaje extraño, en la calle era el reflejo de la moda parisina vestida con los trajes del diseñador Paul Poiret con su cabello bien aceitado y pegado a la cabeza).[15] (Véase Figura 1). Asimismo, es imprescindible resaltar el hecho de que estas son solo imágenes, y no reflejan quién realmente era Josephine Baker.

Figura 1: Josephine Baker fotografiada alrededor de 1930. Autor: Paul Nadar.

La imagen de la “mujer negra salvaje” que surgió de La Revue Nègre sirvió como la primera de muchas imágenes que incorporaría Josephine en su repertorio identitario. Josephine subvirtió los estereotipos raciales utilizándolos a su favor. Aunque jugaba el papel de una “mujer negra salvaje”, ella era una mujer afroamericana “civilizada” que se estaba lucrando de la fantasía de los franceses blancos. En otras palabras, ella supo sacar provecho de esta imagen estereotipada, haciéndole creer a su audiencia que así ella era, para alcanzar la fama y convertirse en una mujer adinerada. Josephine estaba fascinada con esta nueva ciudad en donde era libre de existir sin ser juzgada por su color de piel. Ser exotificada aparentaba ser un precio insignificante a pagar a cambio de la visibilidad que estaba alcanzando como una nueva estrella.

Les Folies Bergère

Luego de actuar durante tres meses en varios teatros de París, ­La Revue Nègre se preparó para hacer una gira por Europa. Pero como el director del teatro Les Folies Bergère, Paul Derval, se había comunicado con Josephine para ofrecerle un contrato en su teatro, y Josephine estaba tan encantada con cómo era tratada en París, que aceptó su oferta.[16]

Por eso, recién comenzada la gira por Europa,[17] Josephine le notificó a Caroline Dudley Reagan que no podría continuar con la gira de la Revue Nègre, pues tenía otro compromiso. Caroline se puso furiosa, ya que Josephine era su estrella y, si ella no estaba, nadie iba a querer ver la obra con el resto del elenco. Sin embargo, Josephine no expresó remordimiento por la ruptura de su contrato y sin demora regresó a París para comenzar los ensayos de su nueva presentación, La Folie du Jour.

Su performance en el Folies-Bergère estableció la imagen paradigmática que la acompañaría por el resto de su carrera: la falda de guineos. En una de las escenas de La Folie du Jour, Josephine aparecía desnuda, salvo un collar de cuentas y un cinturón del cual se sujetaron múltiples guineos alrededor de toda su cintura. Entonces, comenzaba a bailar.[18] La escena consistía en seducir a un explorador blanco, manifestando la fantasía colonial de la “mujer negra salvaje”, apelando al hombre blanco para que la salve. Mientras su personaje seducía al hombre en el escenario, Josephine también estaba cautivando a la audiencia que la observaba. La desnudez era el vehículo para hacerles creer que ella se estaba desvelando ante el público. Sin embargo, era todo lo contrario: la falsa impresión de vulnerabilidad era parte de la imagen que Josephine estaba creando en el escenario.

Es en esta época que Josephine continúa desarrollándose como artista, pues ahora no solo se beneficiaba de cómo era percibida, sino que participaba activamente en la construcción de su imagen. Esto se puede observar en la transformación de la falda de guineo a través de los años: al principio era una falda con guineos de verdad, y al pasar un año los guineos habían sido convertidos en picos; era una transformación que parodiaba el disfraz original (véase Figura 2).[19] Es importante destacar que Josephine formó parte del proceso de diseño. Según señala Jules-Rosette, “photographs indicate that in just one year, Baker began to take control of and modify her primal image through costuming” (fotografías indican que, en solo un año, Baker comenzó a tomar control y a modificar su imagen primitiva mediante el vestuario).[20]

Figura 2: Josephine Baker con su falda de guineos alterada para la producción de Folies-Bergère en 1927. La falda original utilizaba guineos reales, lo cual resultó no ser muy práctico. Autor: Walery.

El hecho de que la imagen emblemática de Josephine era una falda de guineos se puede analizar desde la perspectiva del género como performance. Por un lado, Jean-François Staszak—utilizando las teorías de género acuñadas por Judith Butler—[21] indica que el éxito de Josephine se debe a su “…ability to incarnate and sometimes to transgress race and gender stereotypes” (habilidad de encarnar y a veces transgredir los estereotipos de raza y género).[22] De este modo, se puede observar cómo Josephine juega con lo femenino para capturar la atención de sus espectadores. La feminidad es multifacética: la hipersexualización es un extremo del espectro, mientras que el pudor y la humildad son el otro extremo. Josephine supo utilizar las diferentes facetas de la feminidad a su conveniencia, haciendo del género otro vestuario más en el performance de su vida. En el caso de la falda de guineos, ella reconocía cómo su cuerpa negra y femenina era fascinante para el público blanco “civilizado”, por lo que exhibía esa feminidad para lucrarse de los estereotipos de género y raza.[23]

Por otro lado, el guineo como significante fálico se puede interpretar como una subversión del género; la danza y la cuerpa en exhibición eran femeninas, pero el guineo por sí solo se puede considerar masculino. Fuese o no intencional, es muy significativo que el epítome de la feminidad de Josephine era utilizar un símbolo masculino. Según el filósofo Jacques Derrida, la sociedad es “falogocentrista”; es decir, se prioriza lo masculino (el falo) utilizando el lenguaje como método de difusión.[24] Por tal motivo, en la jerarquía del falogocentrismo, el hombre blanco heterosexual se sitúa en el tope. Al Josephine presentarse con un símbolo fálico, se está imponiendo y desestabilizando esta jerarquía que coloca a las mujeres negras en el fondo.

Ella se estableció como la dueña y creadora de su imagen, con el uso del falo, a la misma vez que representaba lo femenino. En un mundo creado por hombres para hombres, Josephine transformó los significantes del género a su favor, ejerciendo su dominio artístico. En lugar de ser considerada como una víctima del patriarcado, Josephine se puede considerar como una artista subversiva, que trabaja dentro del sistema para burlarlo.

De gira por Europa

En solo dos años, Josephine Baker ya había conquistado a París. Ella era la estrella de todas las obras en el Folies-Bergère. También había abierto su propio cabaré llamado Chez Joséphine y hasta tenía una línea de productos de belleza, incluyendo productos de cabello y cremas para blanquear la piel. Su nuevo agente y pareja, Giuseppe ‘Pepito’ Abatino, era un hombre que, gracias a sus contactos, le conseguía a Josephine todo lo que necesitara para convertirse en una estrella de renombre.[25]

No obstante, su público parisino ya se estaba cansando de los bailes y de las vestimentas “salvajes” por las cuales era conocida Josephine. París era una ciudad vanguardista, por lo que sus gustos eran efímeros y requerían de estímulo artístico en constante cambio. Josephine no quería parar de ser relevante, así que comprendió que era hora de transformar su imagen una vez más. La biógrafa Phyllis Rose comenta acerca de este cambio patrocinado por Pepito: “If she was to succeed in Europe in a permanent way, she would have to transform herself in to a European. Her performing would have to become more studied and less instinctive. She would have to train her voice, discipline her dancing, learn to speak French” (Si iba a triunfar en Europa de manera permanente, se tenía que transformar en una mujer europea. Su actuación debía ser más elaborada y menos instintiva. Ella debería entrenar su voz, disciplinar su baile y aprender a hablar francés).[26]

Pepito le sugirió a Josephine que organizara una gira por Europa y luego por América del Sur, para así darse a conocer en otros países y permitir que París la extrañara. De este modo, podía trabajar en la transformación de su imagen y asegurar que su retorno fuese exitoso. Sin embargo, en su gira Josephine se enfrentó a un racismo inusual a lo que ella había vivido hasta el momento en Europa.[27] En Viena, Josephine fue recibida con protestas lideradas por la iglesia y grupos conservadores. Muchos la tildaron de “demonio negro” por sus bailes y su vestimenta moralmente decadente.[28] Su audiencia se sorprendió cuando, en el primer acto, Josephine salió en un vestido largo que la cubría hasta el cuello. Luego, comenzó a cantar al son de una suave melodía que cautivó a todo el mundo, tanto a su fanaticada como a quienes habían protestado. A pesar de que sus performances eran más modestos, resaltando en cambio su voz, recibió reacciones violentas en muchos de los países que visitó, ya fuese por motivos políticos, sociales o religiosos. Aun así, esta gira sirvió de oportunidad para ampliar su repertorio artístico.

 En todo país que ella visitaba, Josephine adaptaba su vestimenta y su performance a las costumbres locales y al nivel de conservadurismo del país. De esta manera, transformaba su imagen continuamente, probando personalidades y performances como si fuesen vestidos. Habiéndose liberado de las restricciones del danse sauvage, Josephine dijo que: “[n]ow I could dance anything I wanted, any way I liked, expressing…joy and love…” (ahora podía bailar lo que quisiera, cómo yo quisiera, expresando…júbilo y amor…).[29]

 Poco después de su regreso a París en 1930, Josephine recibió una oferta del director de uno de los teatros más famosos de la ciudad: el Casino de París. Su nueva obra, Paris qui remue, pondría en práctica la habilidad del canto que había desarrollado, y también presentaría su nueva imagen: la Josephine refinada y seria, muy distante de sus comienzos “primitivos”, pero mucho más cercano a lo que ella siempre había querido emular como artista. En la Figura 3, se muestra el afiche para la obra Paris qui remue. Jules-Rosette comenta que: “Paris qui remue marked a critical step in developing Baker’s artistry and changing her fashion image” (Paris qui remue marcó un paso crucial en el desarrollo de las destrezas artísticas de Baker y en el cambio de imagen de moda).[30] Ya no solo bailaba, sino también cantaba[31] y mostraba un control sobre su cuerpa que maravilló a la audiencia parisina, quienes por fin ya no la veían como un objeto de sus fantasías coloniales.

Figura 3: Afiche para la obra Paris qui remue, llevada a cabo en el Casino de París en 1930. Autor: Louis “Zig” Gaudin.

De bailarina a actriz

Durante esta época de su vida, Josephine emprendió un nuevo reto artístico: ser actriz de cine. Bajo la dirección de Pepito, Josephine actuó en varias películas, entre ellas: La Sirène des tropiques (1927), Zouzou (1934) y Princesse Tam-Tam (1935). Al examinar detenidamente la trama de cada una, se pueden observar dos cosas: (a) Josephine siempre representaba el rol de una mujer cuya raza era ambigua pero, aun así, exótica,[32] y (b) las películas perpetuaban estereotipos raciales y coloniales. Jules-Rosette explica que “[Pepito] carefully crafted the narratives [of the films] to appeal to what he perceived as French tastes, making sure that the exotic heroine would return to the empire of nature…” ([Pepito] cuidadosamente elaboraba las narrativas [de las películas] para apelar a lo que él consideraba que eran los gustos franceses, asegurándose de que la heroína exótica regresara a su imperio de la naturaleza…).[33] En el clímax de cada película, el personaje de Josephine juega con la posibilidad de asimilarse a la “civilización”, pero siempre termina regresando a su realidad anterior. Esto demuestra que “[t]ransgressing the barriers of race, class, and nationality is acceptable for an evening…” (transgredir las barreras de raza, clase y nacionalidad es aceptable por una noche…),[34] pero no es una solución viable para el desenlace de la trama, pues se implica que cada raza o nacionalidad debe perpetuar los roles preestablecidos.

Las tres películas presentaban un comentario social sobre las expectativas coloniales y raciales de la sociedad francesa, mientras que, a la vez, servían de vehículo para promover la imagen de Josephine Baker como persona.[35] Se puede observar cómo, de la misma manera en que las heroínas de las películas provienen de un lugar lejano (no civilizado) y místico, Josephine surge en los barrios pobres de Saint Louis. A su vez, estas heroínas logran alcanzar la civilización y la elegancia (aunque fuese por poco tiempo) de la misma manera en que Josephine adquiere la fama. Estos filmes cuasi-biográficos sirvieron para afianzar la narrativa de la transformación de un estado de pobreza a uno de riqueza que quería promover Josephine. Asimismo, sirvieron para resaltar sus talentos en un nuevo formato artístico. 

La Créole

Josephine Baker ya era una artista de renombre en 1934 con una gama de talentos que la habían posicionado como una de las mujeres más famosas de la época. Además, era considerada como la artista mejor pagada de Europa.[36] Sin embargo, no fue hasta este año que se solidificó su nueva imagen refinada, culminando así su transformación de Cenicienta: de la pobreza a la fama y a la riqueza.[37]

A Josephine se le ofreció la oportunidad de desempeñar el rol protagónico en la opereta La Créole, originalmente escrita por Offenbach. Esta sería su introducción al teatro “legítimo”, donde tendría que aprenderse un libreto de memoria por primera vez y actuar de manera más “seria”. Mientras que la opereta original recaía en subtextos coloniales y priorizaba a los actores blancos, en esta nueva versión, el personaje de Josephine sería la estrella. Se le cambiaron y añadieron partes para darle más voz a los personajes racializados, adaptando y modernizando el guion.[38]

 Si bien hubo alteraciones que hicieron que la opereta fuera menos controversial, La Créole de todos modos recayó en los estereotipos raciales de la época. Un ejemplo fue el de la escena en que al personaje de Josephine le dio tal arranque de cólera que destruyó la mayoría de los objetos en el escenario.[39] Se puede observar entonces que, aunque Josephine había cambiado de vestimenta, se había alejado del “París negro”, había desarrollado otros talentos además del baile y había tomado roles más “refinados”, no podía escaparse de los estereotipos de raza y género. De todos modos, el público francés elogió efusivamente su performance en La Créole, complacidos con el nivel de asimilación que había alcanzado Josephine. Por su parte, a Josephine no le importaba reforzar los estereotipos,[40] puesto que eran los roles con los que ella se sentía más cómoda, y según ella, “[a]ll I cared about was that the theater was filled nightly” (todo lo que me importaba era que el teatro estaba lleno todas las noches).[41] 

No obstante, Jules-Rosette propone que, al simplificar los roles de Josephine a meras reproducciones de estereotipos raciales y de género, se ignora la manera en que éstos sirvieron como crítica social.[42] El primitivismo inicial de Josephine Baker desafiaba los conceptos colonialistas de la modernidad, exponiendo a las personas “civilizadas” a una libertad—mediante el baile y la vestimenta—que no era reconocida por su cultura. De esta forma, en la imagen de Josephine, la reproducción de estereotipos y la crítica de los mismos no son mutuamente exclusivos, sino que se entrelazan y crean quién ella es. En fin, las estrategias artísticas que trabajó Josephine en la primera década de su estrellato estuvieron llenas de contradicciones. Por lo tanto, se deben de problematizar, reconociendo que Josephine hizo todo lo que estaba en su poder para asegurarse que alcanzaría la fama.

 

Conclusión

Josephine Baker fue una mujer cuyas amplias experiencias de vida y su carrera artística multifacética pueden proporcionar múltiples ángulos de análisis. Por tal motivo, este trabajo se enfoca en el comienzo de su vida hasta el fin de su primera década como artista. Este periodo está caracterizado por su lanzamiento a la fama y su transformación en una artista de renombre a nivel mundial, empleando los roles de género y los estereotipos de raza a su favor frente a un sistema heteronormativo, racista y patriarcal. De este modo, se le otorga una mirada interseccional, para así tratar de comprender las decisiones que tomó Josephine, como mujer negra, y problematizarlas con todos sus matices.

Desde sus comienzos en el vodevil, cuando era joven, Josephine empleaba estereotipos raciales cómicos para entretener y cautivar a su audiencia. En Francia, amplificó estos estereotipos, utilizando su cuerpa desnuda para apelar a las fantasías coloniales de la audiencia francesa blanca. Aunque se problematiza la manera en que ella recurrió a estos estereotipos para su propio beneficio, para Josephine el fin justificaba los medios. Su mayor anhelo era alcanzar la fama y ella estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para lograrlo.

Por otra parte, sus performances eran casi caricaturescos, lo cual se puede interpretar como una burla al sistema al cual ella entretenía. En efecto, Josephine se aprovechó de las fantasías racistas de su público para cautivar su atención y así tener la oportunidad de ser una artista de renombre. A mediados de la década de los 1930, ya Josephine se había despojado de sus atuendos “exóticos” para así asumir su imagen de glamur, la cual era su meta artística. 

Al ser subestimada toda su vida, Josephine pudo superar expectativas fácilmente, como también pasar desapercibida cuando era necesario. Sus cualidades camaleónicas como modo de supervivencia aseguraron su éxito en una sociedad patriarcal y racista que no la veía como un sujeto, sino como un objeto. De manera contradictoria, al Josephine cosificarse, logró establecerse como un sujeto, un ícono.

 

Referencias

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Baker, Josephine y Jo Bouillon. Josephine. Nueva York: Harper & Row Publishers, 1977.

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Figura 1. Walery. Fotografía. 1927. Wikimedia Commons, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Baker_Banana.jpg (Consultado el 14 de noviembre de 2021).

Figura 2. Gaudin, Louis “Zig”. Afiche. 1930. Wikimedia Commons, https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Louis_Gaudin_-_Casino_de_Paris_-_Jos%C3%A9phine_Baker.jpg (Consultado el 14 de noviembre de 2021).

Figura 3. Nadar, Paul. Fotografía. 1930. BnF, http://expositions.bnf.fr/les-nadar/grand/nad_157b.php (Consultado el 14 de noviembre de 2021).

Fry, Andy. “‘Du jazz hot à La Créole’: Josephine Baker Sings Offenbach.” Cambridge Opera Journal 16, no. 1 (2004): 43-75. https://www.jstor.org/stable/3878304.

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Notas

[1] La semiografía es un método de investigación que utiliza el análisis socio-semiótico para descubrir las narrativas, las imágenes y las representaciones que constituyen las vidas públicas y privadas de sujetos biográficos. Se traza la historia de una vida mediante signos, símbolos e imágenes. De esta manera, se observa y se interpreta la vida de Josephine en términos sociológicos y culturales. Bennetta Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life: The Icon and the Image, (Champaign: University of Illinois Press, 2007), 5.

[2] Josephine Baker y Jo Bouillon, Josephine (Nueva York: Harper & Row Publishers, 1977), 5.

[3] Jean-Claude Baker y Chris Chase, Josephine: The Hungry Heart (Nueva York: Cooper Square Press, 1993), 16- 17.

[4] La autora presenta una posible alternativa a la palabra cuerpo: “cuerpa”. Debido a que se está hablando de un cuerpo feminizado, se puede utilizar esta palabra para feminizar el léxico. Las feministas contemporáneas están feminizando el lenguaje como método de lucha en contra del patriarcado y el lenguaje inherentemente machista e invisibilizante. Para más información consultar el siguiente enlace: https://feminarian.es/2018/02/15/cuerpas-y-uteras/.

[5] Bettye J. Gardner y Niani Kilkenny, “In Vogue: Josephine Baker and Black Culture and Identity in the Jazz Age”, The Journal of African American History 93, no. 1 (2008): 89, https://www.jstor.org/stable/20064259.

[6] Para más información respecto a la exotificación de las mujeres negras, sugiero el libro de bell hooks, Black Looks: Race and Representation (Boston: South End Press, 1992), específicamente los capítulos “Eating the Other: Desire and Resistance” (pp. 21-39) y “Selling Hot Pussy: Representations of Black Female Sexuality in the Cultural Marketplace” (pp. 61-77).

[7] Sugiero también el artículo de Debra B. Silverman, “Nella Larsen's Quicksand: Untangling the Webs of Exoticism,” African American Review 27, no. 4 (1993): 599–614. https://doi.org/10.2307/3041896, específicamente las páginas 599-601.

[8] Otra sugerencia es el libro de Philomena Essed, Understanding Everyday Racism: An Interdisciplinary Theory (California: Sage Publications, 1991), específicamente el capítulo “Toward an Integration of Macro and Micro Dimensions of Racism” (pp. 11-53).

[9] Francia no estaba exenta de prejuicio racial: “after all, its colonial rule was predicated on the presumed superiority of the French, their language, and their culture over the peoples of their African and Caribbean possessions.” Karen C. C. Dalton y Henry Louis Gates, Jr., “Josephine Baker and Paul Colin: African American Dance Seen through Parisian Eyes”, Critical Inquiry 24, no. 4 (1998): 904, https://www.jstor.org/stable/1344112.

[10] Entre sus colonias más conocidas se encuentran: Martinica, Guadalupe, Guyana Francesa y San Martín. En el momento en que Josephine llega a París, también estaban bajo el dominio francés los países de Argelia y Túnez.

[11] La película Joséphine Baker. Première Icône Noire muestra a Josephine Baker bailando, como también resalta aspectos importantes de su vida: Ilana Navaro, Joséphine Baker. Première Icône Noire (Francia: Kepler22 Productions/Arte France, 2018), video, https://vimeo.com/462981320.

[12] Baker y Bouillon, Josephine, 51-52.

[13] Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life, 61-62.

[14] Jules-Rosette, 49.

[15] Dalton y Gates, Jr., “Josephine Baker and Paul Colin”, 916.

[16] Baker y Chase, Josephine Baker: The Hungry Heart, 123.

[17] La Revue Nègre solamente logró visitar dos ciudades: Berlín y Bruselas.

[18] Se conserva una grabación en YouTube de Josephine Baker bailando en el teatro Folies-Bergère en el 1927:  https://www.youtube.com/watch?v=wmw5eGh888Y.

[19] Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life, 50.

[20] Jules-Rosette, 50.

[21] Según Judith Butler, el género y la sexualidad son constructos sociales. Sin embargo, éstos han sido tan naturalizados, que las personas se sienten obligadas a encajar en lo que se ha establecido como “normal” según su género y/o sexualidad. Jean-François Staszak, “Performing Race and Gender: The Exoticization of Josephine Baker and Anna May Wong”, Gender, Place & Culture 22, no. 5 (2015): 626. doi:10.1080/0966369X.2014.885885.

[22] Jean-François Staszak, 627.

[23] Jean-François Staszak, 636.

[24] El vocablo “falogocentrismo” es una combinación de los conceptos del “logocentrismo” y el “falocentrismo”. Propone que nuestra realidad está dictaminada por un discurso inherentemente masculino, ya que el pensamiento y el lenguaje fueron creados por los hombres. Al ser ellos los creadores del discurso, han desarrollado el lenguaje para su propio beneficio, estableciéndose como los protagonistas de nuestra realidad y los poseedores de una “única verdad” (patriarcal). Cristina de Peretti, “Entrevista con Jacques Derrida”, Debate Feminista 2 (1990): 281-291, doi:10.22201/cieg.2594066xe.1990.2.1928.

[25] Baker y Bouillon, Josephine, 91.

[26] Phyllis Rose, Jazz Cleopatra: Josephine Baker in Her Time, (New York: Doubleday, 1989), 121.

[27] Es relevante señalar que el libro Mein Kampf escrito por Adolfo Hitler fue publicado en 1925, tres años antes de que Josephine llegara a Austria. Para este tiempo, ya se estaba comenzando a popularizar el prejuicio hacia las personas judías y no-blancas.

[28] Baker y Bouillon, Josephine, 74.

[29] Baker y Bouillon, 75.

[30] Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life, 146.

[31] Su canción más famosa, “J’ai deux amours”, fue creada para Paris qui remue y consecuentemente fue grabada para su primer álbum (1930). Jules-Rosette, 146.

[32] Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life, 64.

[33] Jules-Rosette, 74.

[34] Jules-Rosette, 102.

[35] Jules-Rosette, 93.

[36] Bettye J. Gardner y Niani Kilkenny, “In Vogue”, 89.

[37] Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life, 56.

[38] Andy Fry, “‘Du jazz hot à La Créole’: Josephine Baker Sings Offenbach,” Cambridge Opera Journal 16, no. 1 (2004): 48, 51, https://www.jstor.org/stable/3878304.

[39] Esta escena refleja uno de los estereotipos predominantes de las personas negras: su agresividad y la falta de inteligencia emocional.

[40] “…she was less concerned with the constraints placed on her image by racial stereotypes than she was with the freedom achieved by appearing on the French stage as a rising star.” Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life, 135.

[41] Baker y Bouillon, Josephine, 99.

[42] Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life, 71.

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Posted on December 7, 2021 .

Josephine Baker y su arma corporal

Adriana S. Márquez Morales
Departamento de Historia
Facultad de Humanidades, UPR RP

Resumen

A lo largo de su carrera artística, Josephine Baker empleó y subvirtió los roles de género y los estereotipos raciales para alcanzar la fama y convertirse en una artista de renombre a nivel mundial. Durante la Segunda Guerra Mundial, Josephine Baker utilizó su celebridad y contactos para ayudar a los Aliados durante la ocupación alemana en Francia. Esta investigación analiza el rol crucial de su feminidad en un ámbito predominantemente masculino, como lo es la milicia. Además, se discute su sexualidad, un tema poco investigado que es vital para comprender quién fue Josephine Baker. 

Palabras claves: Josephine Baker, Segunda Guerra Mundial, espionaje, teoría de género, feminidad

 

Abstract

Throughout her artistic career, Josephine Baker employed and subverted gender roles and racial stereotypes to achieve fame and to become a world-renowned entertainer. During World War II, Josephine Baker used her fame and contacts to help the Allies during the German occupation in France. This investigation analyzes the crucial role of her femininity in a male dominated field, as is the military. Furthermore, her sexuality is also discussed, a topic without a lot of research that is vital to understand who Josephine Baker was.

Keywords: Josephine Baker, World War II, espionage, gender theory, femininity

 

Introducción 

Durante la década del 1920, Josephine Baker—mujer afroamericana quien adquirió la ciudadana francesa—se convirtió en una de las artistas del entretenimiento más famosas en el mundo. Su voz melodiosa, sus bailes exóticos y el uso de su feminidad y negritud la llevaron a participar en los escenarios más ostentosos de Europa, estableciéndose no tan solo como cantante y bailarina, sino también, eventualmente, como actriz. Sin embargo, el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y, específicamente la llegada de los nazis a Francia, significó un cambio en la vida de Josephine. Ella puso a disposición del país que la adoptó como suya todos sus talentos y se convirtió en espía para los Aliados. Además, en el transcurso de la guerra, el encuentro con las tropas negras americanas le hizo reevaluar la manera en que comprendía su raza. Por otra parte, esta investigación explora la sexualidad de Josephine—intencionalmente ambigua—y las parejas que tuvo a lo largo de su vida. Al escudriñar esta parte de su vida, busco presentar a Josephine con una nueva luz, en donde su feminidad se convierte en arma militar y se establece que su falta de heteronormatividad en el escenario se extiende hasta la cama.

Espía para los Aliados

 Los comienzos de una espía

La Segunda Guerra Mundial comenzó en septiembre de 1939, cuando Alemania y la Unión Soviética invadieron a Polonia, y Francia y Reino Unido le declararon la guerra. En este momento, Josephine Baker se encontraba viviendo en París, y se dedicaba a entretener las tropas francesas junto a Maurice Chevalier. También trabajaba en una obra en el Casino de París, titulada ­Paris-Londres, que fue creada para las tropas francesas e inglesas que llegaban a París, las que tenían 48 horas de tiempo libre antes de ser desplegadas a sus respectivas posiciones militares.[1]

Al inicio de la guerra, Jacques Abtey, oficial del Deuxième Bureau,[2] estaba buscando a personas que trabajasen para Francia sin necesidad de remuneración: “…we called them Honorable Correspondents—who could travel around without attracting attention, and who would be able to report what they saw” (…les llamábamos Corresponsales Honorarios—quienes podían viajar sin llamar la atención, para informar lo que veían).[3] Uno de ellos fue Daniel Marouani, el hermano de Félix Marouani, quien se convirtió en agente de Josephine luego del altercado que había tenido con Pepito.[4] Él fue quien le sugirió a Abtey que reclutara a Josephine Baker, pues sería perfecta para ese rol. Inicialmente escéptico—pues el servicio secreto francés casi nunca reclutaba mujeres[5] y ya Francia había tenido problemas reclutando artistas como espías[6]—cuando Abtey conoció a Josephine, instantáneamente cambió de parecer. Al ser presentada con la posibilidad de servirle a Francia, ella dijo lo siguiente: “France made me what I am. I will be grateful forever. The people of Paris have given me everything… I am ready, captain, to give them my life. You can use me as you wish” (Francia me hizo lo que soy. Le estaré eternamente agradecida. La gente de París me lo ha dado todo… Estoy preparada, capitán, para darles mi vida. Úseme como desee).[7]

 Esta cita marca un hito en la vida de Josephine, pues hasta este punto ella había demostrado un cierto grado de egoísmo. Esto se debe a que, para lograr la fama, tuvo que hacer muchos sacrificios y darse prioridad a sí misma. Sin embargo, cuando ella dijo que estaba preparada para dar su vida por Francia, reconocía que gracias a ellos había llegado a donde estaba. Más aún, Josephine se consideraba endeudada con Francia, porque fue el país que la acogió y la aceptó como mujer negra, cuando en su propio país se había sentido rechazada.

Durante los primeros años de la guerra, Josephine se mantuvo ocupada: estaba filmando la película Fausse Alerte, actuaba en el Casino de París todas las noches, tenía un programa de radio para los soldados y hacía sus trabajos para el Deuxième Bureau. El trabajo de espía, por estar ligado a la milicia, era considerado como uno masculino, pues se esperaba que la mayoría de las mujeres se quedarían en sus hogares cuidando a la familia. Por eso se puede afirmar que Josephine Baker no tan solo subvirtió las expectativas de lo que puede ser un espía por ser mujer, sino que también las cambió por la manera en que adquiría la información. Ella probó que no había que masculinizarse para llevar a cabo su trabajo. Al contrario, exacerbó su feminidad y aprovechó su celebridad para conseguir la información pertinente.

 Sus conexiones diplomáticas le permitían entrar a las embajadas de Italia y de Japón en París, en donde se relacionaba con los invitados mientras escuchaba las conversaciones ajenas de manera disimulada pero atenta. Jacques Abtey comentó: “[s]ometimes, she would write along her arms, and in the palm of her hand, the things she heard. I told her this was dangerous, but she laughed. ‘Oh, nobody would think I’m a spy’” (a veces, ella se escribía en los brazos, en la palma de la mano, las cosas que había escuchado. Yo le dije que esto era peligroso, pero ella se reía. ‘Ay, nadie pensaría que soy una espía’).[8]

Durante este tiempo, Josephine también se dedicó a visitar y ayudar en los refugios a las personas desplazadas por la guerra. Jean-Claude Baker comenta sobre cómo Josephine abandonó su egocentrismo y se sumergió en su nuevo rol, el de ayudar a los demás: “…she made beds, bathed old people, whispered words of comfort, and kept her eyes and ears open” (…ella hacía las camas, bañaba a los ancianos, susurraba palabras de consuelo y mantenía sus ojos y sus oídos abiertos).[9]

 Prediciendo que los alemanes muy pronto invadirían a Francia, Abtey exhortó a Josephine a que escapara al sur de Francia. Cerca del río Dordogne, Josephine se topó con un castillo conocido como Les Mirandes. Enamorada del lugar por su belleza natural y por su localización escondida, Josephine decidió alquilar el castillo al cual le llamó Les Milandes.[10] Lo conservaría durante el resto de la guerra. En este castillo, albergó a varios fugitivos, incluyendo refugiados belgas, algunos de sus empleados y colegas del entretenimiento.

Francia fue ocupada por los alemanes en junio 1940, y el gobierno liderado por el mariscal Philippe Pétain se preparó para firmar un armisticio. El acuerdo sería que el norte de Francia sería ocupado por los alemanes, y el sur sería la “Zona Libre”.[11] El subsecretario de guerra, el general Charles de Gaulle, estaba en desacuerdo con la firma del armisticio, ya que esencialmente se le estaba entregando toda Francia a los alemanes. Por tal motivo, se fue al exilio a Reino Unido para tratar de organizar la resistencia en contra de Alemania y de la Francia de Vichy.[12] Este gobierno francés desde el exilio sería consecuentemente conocido como Francia Libre.

Jacques Abtey y su jefe—el coronel Paul Paillole—querían ponerse en contacto con el general Charles de Gaulle, quien había formado un gobierno en el exilio con base en Londres. Pero, para poder dirigirse a Inglaterra, tenían que llegar hasta Lisboa, ya que Portugal era un país neutral. Bajo el pretexto de hacer una gira por América del Sur, Josephine Baker y Jacques Abtey—ahora bajo la identidad falsa de Jacques-François Hébert, el maestro de ballet de Josephine—consiguieron visas para atravesar España y llegar hasta Portugal. Este traslado no hubiese sido posible a no ser por las conexiones que tenía Josephine por ser una artista famosa. Jacques Abtey destaca que ella arriesgó su vida por él, dado que, si hubiesen sido descubiertos, ella hubiese sido transferida a un campo de concentración por ser una mujer negra casada con un hombre judío.[13] 

Josephine comenzaba a demostrar unas características altruistas que contrastaban con sus acciones al principio de su carrera. Recién llegada a París, había traicionado a la productora de la Revue Nègre, Caroline Dudley Reagan, al romper su contrato para ir a bailar en Folies-Bergère. Su decisión en ese momento le costó no tan solo más de 10,000 dólares a Caroline, sino también el trabajo a decenas de personas involucradas en la Revue Nègre. Ahora, Josephine estaba dispuesta a sacrificar su vida no solo por Jacques Abtey, sino por los franceses. Sus convicciones en este momento la obligaban a salvaguardar los valores que Francia y su gente representaban para ella. Bennetta Jules-Rosette explica que, en esta etapa de su vida, Josephine reproduce el motivo mariano[14] o el “Marianismo”, una narrativa humanitaria y religiosa de devoción sagrada y sacrificio.[15]

 El viaje a Inglaterra era muy importante, no solo porque se reunirían con Charles de Gaulle, sino también porque Josephine llevaba consigo información confidencial sobre las movidas y localizaciones de las tropas alemanas en Francia. Para que esta información pasara desapercibida, se escribió todo en las partituras de Josephine con tinta invisible, y las fotos se sujetaron dentro del traje de Josephine.[16] Una vez más se puede observar cómo Josephine fue imprescindible para esta operación: si no fuese por su estatus como artista, se les hubiese dificultado la manera de transportarse y compartir la información de manera encubierta, pues los alemanes tenían las fronteras bien vigiladas. Josephine logró aprovecharse de los alemanes porque la subestimaron; para ellos, ella era solo una simple bailarina.

Al llegar a Lisboa, Abtey envió la información a Londres, pero les notificaron que era mejor que no fueran a Inglaterra. Por tal motivo, Abtey se quedó en Portugal y Josephine regresó a Marsella y, en lo que aguardaba nuevas instrucciones, montó La Créole en La Ópera en Marsella con su colega artista Frédéric Rey.[17] A finales del 1940, el Deuxième Bureau ­les dio nuevas órdenes para que crearan una oficina de enlace en Casablanca, Marruecos. En enero del 1941, Abtey, Josephine y Frédéric partieron para Argelia[18] en ruta hacia Marruecos, en donde la segunda etapa del periodo de Josephine como espía tendría su comienzo.

 En Marruecos

Durante los primeros meses de 1941, Josephine viajaba alternado su estadía entre Marruecos, Portugal y Les Milandes. Como no se le pudo conseguir una visa a Jacques Abtey, lo forzaron a quedarse en Casablanca, mientras Josephine compartía información confidencial por sí sola. De día ella recolectaba información y de noche cantaba en conciertos para subvencionarse, pues como nunca quiso aceptar dinero por su labor patriota, tenía que apoyarse económicamente con sus conciertos. Cuando estaba en Francia, recibía mensajes del coronel Paul Paillole, los cuales se sujetaba a su ropa para luego entregárselos a Abtey.

En Marruecos, Josephine y Abtey tenían varios contactos que les permitían moverse con facilidad entre las ciudades de Marruecos y luego entre los países del norte de África.  Entre ellos estaba Thami el Glaoui, el pashá de Marrakech,[19] Moulay Larbi el Alaoui, el primo del sultán, y Si Mohammed Menebhi. Gracias a sus amistades, Josephine consiguió para sí misma una visa permanente para residir en España, lo que le facilitaba el traslado hacia Portugal, Marruecos y Francia, y le daba acceso a más información sobre los alemanes, ya que muchos se encontraban en España, a pesar de que este país era neutral.[20] Ahmed Ben Bachir también ayudó a Josephine. Gracias a él, se consiguieron pasaportes hispano-marroquíes para los judíos que venían desde España. Ben Bachir alegaba que eran judíos marroquíes, aunque en realidad eran de Europa Oriental. De esta manera, estos refugiados podían conseguir pasaportes para irse a Latinoamérica y así escaparse de los alemanes.

La relación que Josephine tuvo con estos líderes árabes fue muy significativa, pues, aunque a veces era su amante, siempre la trataron de igual a igual. En la cultura islámica, los hombres adinerados tenían un harén de mujeres de todas las razas y culturas que eran segregadas a su propio espacio (el femenino). Sin embargo, Josephine tenía libertad para interactuar y desenvolverse en los espacios masculinos.[21] Más aún, consideraban su opinión en la toma de decisiones.

 Josephine fue admitida a la clínica marroquí Comte en junio del 1941 porque había desarrollado peritonitis, una enfermedad de la cual casi se muere en múltiples ocasiones debido a las complicaciones incesantes. Los biógrafos difieren en la causa de su enfermedad. Jean-Claude Baker indica que fue infectada por una aguja contaminada mientras un doctor le hacía un procedimiento para que pudiese tener hijos.[22] Por su parte, Jules-Rosette propone que Josephine estaba embarazada con el hijo de el Glaoui, y al dar a luz a un bebé que nació muerto, tuvo varias complicaciones y le surgió una infección. Finalmente, en su autobiografía, Josephine alega que cuando fue a verificarse los pulmones con rayos X, le pidió al doctor que le verificara también su vientre para saber si podía tener hijos. Por eso Josephine concluyó que desarrolló peritonitis debido a que la aguja hipodérmica estaba contaminada. Sea cual fuese la verdadera razón por la cual se había enfermado, Josephine estuvo encamada por 19 meses, lo cual paralizó su vida como espía viajera. No obstante, Abtey y sus contactos estadounidenses radicados en Marruecos se aprovecharon de la privacidad del cuarto del hospital de Josephine. Se reunían clandestinamente en el cuarto de Josephine para intercambiar información, puesto que no se veía extraño que un dignatario fuese a visitar a alguien tan famosa—en el ámbito del entretenimiento y ahora en el militar—como Josephine.

Regresando a sus raíces

 Recién recuperada, Josephine regresó al escenario en 1943. Le habían pedido que cantara para las tropas afroamericanas en el recién inaugurado Liberty Club de Marruecos (véase Figura 1). Desde ese momento, Josephine se transformó y regresó como artista, aunque aún trabajaba para la causa de Francia Libre. Tenía dos metas: utilizar el entretenimiento para unir a las tropas blancas y negras, e involucrarse en una campaña de propaganda a favor de Charles de Gaulle, para así convertirlo en el futuro líder de la Francia Libre.[23]

Figura 1: Josephine Baker canta el himno nacional de Estados Unidos al final del espectáculo que se llevó a cabo en el Teatro Municipal en Oran, Argelia el 17 de mayo de 1943.

Autor: Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Su nuevo trabajo implicó un nivel de autorreflexión con respecto a su raza que, hasta este momento, había deliberadamente obviado. Ella había utilizado la negritud a su favor cuando llegó a París, pues en ese momento, se había querido desprender de su pasado para olvidar los abusos y el racismo a los cuales había sido sometida en los Estados Unidos. Toda su vida había luchado contra el racismo desde su propio espacio, es decir, quería superarse en el mundo de los blancos para así probar que la igualdad era posible.[24]  Pero al enfrentarse a la realidad de las tropas negras, pudo entender que no era suficiente salvarse a ella misma, sino que también debía ayudar a los demás. Josephine no podía comprender cómo su país, que estaba luchando contra Alemania—el epítome del odio racial que ella tanto repudiaba—tenía a sus tropas segregadas. Al comenzar su gira por el norte de África manisfestó: “[w]e’ve got to show that blacks and whites are treated equally in the American army…or else what’s the point of waging war on Hitler?” (tenemos que demostrar que los negros y los blancos son tratados iguales en la milicia americana…si no ¿qué sentido tiene entrar en guerra con Hitler?)[25] Su guerra personal contra el racismo ahora tomaría un rol protagónico paralelo a su rol como animadora durante la guerra.

Durante este tiempo, Josephine se sentía cómoda en su entorno, pues el escenario era como su hogar. Ella era una mujer de fuertes convicciones, y cuando se alineaba con una causa era difícil desviarla de su objetivo. Utilizando a sus amigos árabes y su carisma, Josephine logró influenciar a todo el norte de África a favor de De Gaulle.[26] Jacques Abtey, Si Mohammed Menebhi y Josephine viajaron desde Marruecos, atravesando todo el norte de África hasta llegar a Egipto y Líbano, ofreciendo conciertos también en Córcega, Cerdeña e Italia.[27] Más que para entretener a las tropas, esta gira sirvió de propaganda para asegurar el control político de Francia en sus colonias africanas. El mismo Charles de Gaulle reconoció el valor indispensable de tener a alguien como Josephine de su lado; cuando se conocieron en persona, él le regaló a Josephine una Cruz de Lorena en agradecimiento por su servicio.[28]

Josephine Baker regresó a Francia en 1944, habiendo sido nombrada subteniente del Cuerpo Auxiliar Femenino de la Fuerza Aérea Francesa por sus servicios de propaganda en su gira por el Medio Oriente (véase Figura 2). El 14 de octubre de 1946 fue galardonada con la Medalla de la Resistencia por Charles de Gaulle. Aunque él no pudo asistir a la ceremonia, le envió una carta con su hija que declaraba: “[i]t is with all my heart and knowledge that I send you my sincere congratulations for high distinction of the French Resistance which you have received” (es con todo mi corazón y conocimiento que le envío mis más sinceras felicitaciones por la alta distinción de la Resistencia Francesa que ha recibido).[29] La labor ardua que llevó a cabo Josephine Baker durante la Segunda Guerra Mundial rindió sus frutos, no tan solo por los reconocimientos que recibió, sino también porque la impulsó a una nueva etapa de su vida que estaría caracterizada por su desprendimiento, generosidad y sacrificio para su propósito de vida: la igualdad.

Figura 2: Josephine Baker en su uniforme de la Fuerza Aérea Francesa en 1948. Autor: Studio Harcourt, París.

Amantes, esposos y parejas: explorando la sexualidad de Josephine

Desde una temprana edad, Josephine fue expuesta a su sexualidad. Antes de sus 18 años, ya se había casado dos veces y había tenido encuentros sexuales con hombres mucho mayores que ella. Aunque nunca se sabrá cuánto esto afectó a Josephine, sí se puede observar que desde muy joven aprendió a utilizar su cuerpo como un arma a su favor.

Al llegar a París, Josephine se topó con muchos hombres blancos que la adulaban y querían acostarse con ella. Esto le agradó, puesto que en los Estados Unidos las relaciones interraciales estaban prohibidas en esta época. Sin embargo, se decepcionó con varios de ellos, ya que—aunque aparentaban no ser racistas—no querían perjudicar su estatus social y ser vistos saliendo con una mujer negra.

Uno de los hombres más notables en la vida de Josephine fue Giuseppe ‘Pepito’ Abatino. Josephine lo conoció cuando tenía tan solo veinte años, apenas habiendo comenzado a vivir en París. Gracias a los contactos de Pepito y a sus destrezas de publicidad, juntos lanzaron la nueva imagen de Josephine, como una artista más refinada aunque aun así “exótica”. Durante la próxima década, Pepito estaría encargado de todos sus asuntos profesionales. En su autobiografía, Josephine indica: “I loved Pepito. I depended on him. He dealt with all my problems. He handled all my baffling, tedious paper work. He had abandoned everything for me. I was his entire life” (Yo amaba a Pepito. Yo dependía de él. Él se ocupaba de todos mis problemas. Él manejaba todo mi tedioso trabajo administrativo. Él había abandonado todo por mí. Yo era su vida entera).[30] Esta codependencia favoreció la carrera de Josephine, ya que aseguró su llegada a la fama. Pepito le consiguió contratos para hacer películas, para presentarse en el Casino de Paris, para viajar y cantar en toda Europa y América del Sur y hasta para crear su propia línea de productos de belleza.

Su relación con Pepito terminó en 1936, tras su conquista fallida de los Estados Unidos. Pepito fue quien logró adquirir un contrato para ella en Nueva York, pero debido al racismo de la época, Josephine no fue bien recibida y se vio obligada a regresar a Europa. Antes de partir, Josephine y Pepito tuvieron una fuerte discusión: “[i]t was clear that she no longer needed Pepito. She had accepted his overbearing, almost brutal, tactics at twenty; at thirty she rejected them. Josephine was a life force, and living means growth and change. Pepito had lost. Josephine hated losers. She needed to win…always” (era evidente que ella ya no necesitaba a Pepito. Ella había aceptado sus tácticas dominantes y casi crueles a los veinte años; a los treinta las rechazaba. Josephine estaba llena de fuerza vital, y vivir significa crecimiento y cambio. Pepito había perdido. Josephine odiaba a los perdedores. Ella necesitaba ganar…siempre).[31] El hecho de que Josephine descartaba de su vida a las personas que no la favorecían o a las cuales no les podía sacar provecho se convirtió en una práctica de toda la vida. Sus relaciones amorosas y profesionales se basaban en lo que ella podía adquirir de ellas.

Su próxima relación seria fue con Jean Lion, con quien se casó en 1938, pero solo duraron 3 años juntos. Gracias a este matrimonio, Josephine adquirió su ciudadanía francesa, renunciando a la estadounidense, con la cual ya no tenía ataduras, afirmando así su identidad.[32]

Durante su tiempo como espía, muchos de sus contactos en el norte de África eran hombres con quien ella ya había tenido relaciones sexuales.[33] Ellos fueron quienes le proveyeron refugio, transportación y seguridad durante los tiempos de guerra. Se puede observar cómo Josephine utilizaba su cuerpo como una herramienta para subsistir, ya fuese exponiéndolo en el escenario o en la cama.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, Josephine comenzó su último matrimonio con el músico Jo Bouillon en 1947. Ambos compartían el escenario—él era el líder de la banda que tocaba con Josephine—y ambos también compartían los ideales antirracistas por los cuales Josephine luchó durante la segunda mitad de su vida. Junto a Jo Bouillon, Josephine pudo cumplir su último deseo: ser madre. Ella tenía un plan para adoptar a un niño de cada raza para “prove that all races and nationalities could live together in harmony” (probar que todas las razas y las nacionalidades podían vivir juntas en armonía).[34] Todos estos niños se criarían juntos en el castillo Les Milandes según sus respectivas culturas y religiones. Aunque el plan original era adoptar a cinco niños, Josephine terminó adoptando a doce niños y niñas.[35]

Jo y Josephine tuvieron muchos problemas matrimoniales. En primer lugar, Jo Bouillon era un hombre homosexual, según la biografía de Jean-Claude Baker, quien es el único que menciona su sexualidad.[36] Era común que ambos tuvieran parejas fuera del matrimonio, aunque luego se recriminaran mutuamente.[37] En segundo lugar, Josephine no era buena administradora de dinero, lo cual presentó problemas en el manejo de todos los proyectos del castillo Les Milandes. Como encargado de las finanzas de Josephine, Jo tenía que constantemente luchar para que Josephine no gastara más dinero, ya que no tenían los recursos necesarios.[38] Además, él había acordado con Josephine que iban a adoptar solo de tres a cuatro niños. Cada vez que Josephine llegaba con uno adicional, se formaba otra discusión.[39] Eventualmente, Jo se dio por vencido y se mudó a Buenos Aires, Argentina, donde vivió el resto de sus días.[40] Nunca se divorciaron oficialmente, en beneficio de sus hijos.[41]

Por otra parte, las relaciones amorosas de Josephine no se limitaron al género masculino. Según Jean-Claude Baker, su primera relación fue con la cantante Clara Smith, quien pertenecía a los Dixie Steppers bajo la dirección de Bob Russell.[42] Ella fue quien le enseñó a Josephine a cantar y abogó por ella para que pudiese quedarse trabajando con Russell. A lo largo de su vida, Josephine tuvo relaciones con varias mujeres, de las cuales seis lo han confirmado: Clara Smith, Evelyn Sheppard, Bessie Allison, Mildred Smallwood, Bricktop y Colette.[43] Durante sus primeros meses en París, Bricktop, una cantante afroamericana expatriada, fungió como mentora de Josephine, de la misma manera que lo había hecho Clara Smith al comienzo de su carrera. Se puede observar cómo Josephine se aprovechaba de sus relaciones amorosas, sin importar el género, para avanzar su carrera.

Es notable destacar que, en su autobiografía, Josephine no menciona su bisexualidad. De hecho, el único biógrafo que lo menciona es Jean-Claude Baker. La explicación que provee es de Maude Russell, quien trabajó con Josephine en Shuffle Along: “…lesbians weren’t well accepted in show business, they were called bull dykers. I guess we were bisexual, is what you would call it today” (…las lesbianas no eran permitidas en la industria del entretenimiento, las llamaban marimachos. Supongo que éramos bisexuales, es lo que lo llamarían hoy).[44] Durante esta época, ser homosexual o bisexual era considerado tabú; por lo tanto, Josephine fue forzada a esconder su sexualidad para así caerle bien al público y sus expectativas heteronormativas. A pesar de esto, Josephine expresó su sexualidad en todos sus performances, pues su imagen transgredía las normas raciales, sociales y de género. Su apariencia y danza, que exageraban lo femenino, eran otra manera de romper con los esquemas de la heteronormatividad.[45]

Josephine fue una mujer que supo utilizar su cuerpo para alcanzar sus propios intereses. El dominio que muestra sobre su cuerpo y sus deseos sexuales demuestra cuán avanzada era para la época. Aunque toda su vida estuvo rodeada de hombres que la dirigieron por el camino de la fama, es claro que ella era quien tenía la última palabra, y fue bajo sus condiciones que se creó la imagen de Josephine Baker.

Conclusión

La inspiración para esta investigación surgió de la curiosidad por una mujer que utilizó sus atributos femeninos para conquistar al mundo. Josephine Baker fue todo lo que se propuso: cantante, bailarina, actriz, espía, madre. En un mundo donde los roles de género estaban ya preestablecidos, ella se atrevió a subvertirlos a su favor. Elegí analizar su vida durante la Segunda Guerra Mundial, ya que es en este punto que se redescubre a sí misma en términos de su raza, marcando un hito en la manera en que cultivó su carrera artística y sus relaciones personales. Esta investigación intenta darle una mirada interseccional, analizando los discursos de género y raza de la época, cómo éstos se entrelazan y cómo afectaron o beneficiaron a Josephine Baker.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Josephine aprovechó su nivel de fama para pasar desapercibida entre las fronteras, mientras transportaba información confidencial sobre los movimientos de las tropas alemanas. En lugar de despojarse de su feminidad al unirse a la milicia—un trabajo notoriamente masculino—ella la acogió, usando su carisma para acceder a las fiestas de embajadas en donde escuchaba secretos que luego escondía en su ropa. De otra parte, sus conexiones en el norte de África—que eran todas con pasados amantes—aseguraron la transportación y alojamiento para ella y sus acompañantes durante estos tiempos tumultuosos. Josephine demostró que ser mujer, según los estereotipos de la época, y ser espía no eran mutuamente excluyentes; todo lo contrario, al emplear la feminidad como estrategia de espionaje, esto posibilitó el éxito de sus misiones, ya que pasaba desapercibida debido a los valores patriarcales inherentes a la milicia.

Reconozco que aún falta mucho por explorar sobre la vida de Josephine. En una futura investigación, me gustaría abordar su vida luego de la Segunda Guerra Mundial, hasta su muerte en 1975. De esa manera, podré profundizar sobre su relación compleja con su identidad racial y con las personas negras a su alrededor. Josephine dedicó la segunda mitad de su vida a la lucha antirracista que se estaba llevando a cabo en los Estados Unidos, mientras desaprendía el racismo internalizado con el cual había vivido. Sería interesante observar cómo esta lucha afectó su carrera artística, especialmente con su fanaticada estadounidense. Ella tenía unas visiones de mundo que en parte pudo cumplir—como su misión con la Tribu Arcoíris—y que ocuparon sus prioridades a cabalidad. Sus proyectos de vida eran atemporales a la expectativa social de la época y merecen ser analizados detenidamente.

La multiplicidad de imágenes que componen quién es Josephine Baker me impulsan a seguir estudiándola y analizando todo lo que ella representó no tan solo en su época, sino también lo que representa en la actualidad. Mi expectativa con este trabajo es iniciar la concientización histórica de una mujer que aportó grandemente en el ámbito artístico, militar, racial, cuir, de género y en muchos otros más, para que sea reconocida y visibilizada.

 

Referencias

Baker, Jean-Claude y Chris Chase. Josephine: The Hungry Heart. New York: Cooper Square Press, 1993.

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Caravantes, Peggy. The Many Faces of Josephine Baker: Dancer, Singer, Activist, Spy. Chicago: Chicago Review Press, 2015.

Figura 1. Departamento de Defensa de Estados Unidos. Fotografía. 1943. National Archives Catalog, https://catalog.archives.gov/id/531160 (Consultado el 14 de noviembre de 2021).

Figura 2. Studio Harcourt, París. Fotografía. 1948. Images d’Art, https://art.rmngp.fr/fr/library/artworks/josephine-baker-1948_negatif-monochrome_negatif-souple_1948 (Consultado el 14 de noviembre de 2021).

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Strong, Lester Q. “Josephine Baker’s Hungry Heart.” The Gay & Lesbian Review, no. 63 (2006). https://glreview.org/article/article-959/.

 

Notas

[1] Jean-Claude Baker y Chris Chase, Josephine: The Hungry Heart, (New York: Cooper Square Press, 1993), 225.

[2] El Deuxième Bureau fue el servicio de inteligencia militar francés durante la Segunda Guerra Mundial. Baker y Chase, 226.

[3] Baker y Chase, 226.

[4] Para los detalles sobre Pepito, véase la sección “Amantes, esposos y parejas” de este artículo.

[5] Baker y Chase, 226.

[6] Mata Hari fue una artista que sirvió como espía para los franceses durante la Primera Guerra Mundial. Se le acusó de ser una agente doble y fue condenada a muerte. Phyllis Rose, Jazz Cleopatra: Josephine Baker in Her Time, (New York: Doubleday, 1989),183. 

[7] Kristen D. Burton, “Siren of the Resistance: The Artistry and Espionage of Josephine Baker”, The National WWII Museum New Orleans, 2020, https://www.nationalww2museum.org/war/articles/siren-resistance-artistry-and-espionage-josephine-baker.

[8] Baker y Chase, Josephine: The Hungry Heart, 227.

[9] Baker y Chase, 228.

[10] Como Josephine no podía pronunciar la ‘r’ como lo hacen los franceses, ella le cambió el nombre a Les Milandes. Baker y Chase, 229.

[11] Julian Jackson, France: The Dark Years 1940-1944, (New York: Oxford University Press, 2001), 127.

[12] Se le llamaba Francia de Vichy al gobierno que residía en la Zona Libre, porque la administración estaba localizada en la ciudad de Vichy, Francia.

[13] Josephine Baker estaba casada con Jean Lion, un hombre judío. Para más información sobre su relación con él, véase la sección “Amantes, esposos y parejas” de este artículo. Baker y Chase, Josephine: The Hungry Heart, 235.

[14] El “Marian motif” como se escribe en inglés, está basado en la figura católica de la Virgen María, quien es el epítome de la humildad y el sacrificio. “This phenomenon encompasses sacred duty to family…selflessness, self-renouncement and self-sacrifice…” Andreana T. Jezzini, Cynthia E. Guzmán y Lisa Grayshield, “Examining the Gender Role Concept of Marianismo and its Relation to Acculturation in Mexican-American College Women”, VISTAS Online, 2008, https://www.counseling.org/docs/default-source/vistas/vistas_2008_jezzini.pdf?sfvrsn=da750f22_11.

[15] Bennetta Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life: The Icon and the Image, (Champaign: University of Illinois Press, 2007), 218.

[16] Baker y Chase, 235.

[17] Josephine fue parte del elenco de la versión original de La Créole en 1934. Ella recreó el escenario y los bailes que se sabía de memoria junto a Frédéric. La obra debutó el 24 de diciembre de 1940 y terminó abruptamente a mediados de enero. Al ser llamada a trabajar en el norte de África, tuvieron que cancelar los últimos dos shows. Baker y Chase, 236.

[18] Argelia es un país al norte de África que, para esta época, era una colonia francesa. Se independizaron de Francia en 1962.

[19] La palabra “pashá” es un título honorario dado a oficiales de alto rango en el Imperio Otomano. Merriam-Webster.com Dictionary, s.v. “pasha,” Consultado el 28 de abril de 2021, https://www.merriam-webster.com/dictionary/pasha.

[20] Rose, Jazz Cleopatra, 196.

[21] Baker y Chase indican que Mohamed Menebhi les explicó que, aunque en su sociedad el propósito de la mujer era servir y darles a los hombres placer e hijos, Josephine no estaba atada a estas restricciones. Baker y Chase, Josephine: The Hungry Heart, 252.

[22] Jean-Claude Baker explica que este procedimiento era arriesgado, y asegura que el doctor era un charlatán. Baker y Chase, 244.

[23] Baker y Bouillon, Josephine, (Nueva York: Harper & Row Publishers, 1977), 131.

[24] Baker y Bouillon, Josephine, 88.

[25] Baker y Bouillon, 131.

[26] El rey de Egipto le había pedido a Josephine que cantara para él, pero como Egipto era un país neutral, se rehusó. Sin embargo, cuando ella ofreció a cantar en una fiesta que celebraba la unión diplomática de la Francia Libre y Egipto, el rey Farouk accedió. Por consiguiente, Josephine contribuyó a cambiar la lealtad de un país (Egipto) a favor de otro (Francia). Rose, Jazz Cleopatra, 203.

[27] Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life, 219.

[28] Rose, Jazz Cleopatra, 202. 

[29] Peggy Caravantes, The Many Faces of Josephine Baker: Dancer, Singer, Activist, Spy. (Chicago: Chicago Review Press, 2015), 305.

[30] Baker y Bouillon, Josephine, 74.

[31] Baker y Bouillon, 104.

[32] Baker y Bouillon, 112.

[33] Baker y Chase, Josephine: The Hungry Heart, 242.

[34] Caravantes, The Many Faces of Josephine Baker, 325. 

[35] Sus 12 hijos/hijas son: Akio de Japón (de origen coreano), Luis de Colombia, Janot de Japón (de origen coreano), Jean-Claude de Francia, Moise de Francia (de origen judío), Brahim de Argelia (de origen berebere), Marianne de Argelia (de origen francés), Jari de Finlandia, Mara de Venezuela, Koffi de Costa de Marfil, Noel de Francia y Stellina de Francia (de origen marroquí). Jules-Rosette, Josephine Baker in Art and in Life, 190.

[36] Baker y Chase, Josephine: The Hungry Heart, 270.

[37] Baker y Chase, 335.

[38] Baker y Bouillon, Josephine, 207.

[39] Baker y Bouillon, 199-200.

[40] Baker y Bouillon, vii.

[41] Baker y Bouillon, viii.

[42] Baker y Chase, 38.

[43] Lester Q. Strong, “Josephine Baker’s Hungry Heart”, The Gay & Lesbian Review, no. 63 (2006), https://glreview.org/article/article-959/.

[44] Baker y Chase, Josephine: The Hungry Heart, 64.

[45] Jean-François Staszak, “Performing Race and Gender: The Exoticization of Josephine Baker and Anna May Wong”, Gender, Place & Culture 22, no. 5 (2015): 636.

Posted on December 7, 2021 .

Iconografía de las masculinidades en el arte puertorriqueño (2000-2020): el deporte

Ana Hilda Figueroa de Jesús
Departamento de Historia del Arte
Facultad de Humanidades, UPR RP

Resumen

En el arte puertorriqueño de comienzos del siglo XXI se han representado diversos modelos de masculinidades. Entre ellos es recurrente la simbología de la práctica del deporte, en especial el baloncesto y el boxeo. Cómo entendemos los atributos y símbolos del deporte se relaciona con nuestra comprensión de las masculinidades. El deporte generalmente se ha visto como sinónimo de hombría, sin embargo, destaco su relación con las subjetividades endriagas dando énfasis en la colonialidad del poder, la performatividad del género y el paso del niño a la adultez o el “convertirse” hombre.

Palabras claves: masculinidad, hombres, género, iconografía, arte contemporáneo puertorriqueño 

Abstract

In Puerto Rican art at the beginning of the 21st century, diverse models of masculinities have been represented. Among them, the symbolism of sports, especially basketball and boxing, is recurrent. How we comprehend the attributes and symbols of sport relates to our understanding of masculinities. Sport has generally been seen as a synonym of manhood; however, I highlight its relationship with endogamous subjectivities emphasizing in the coloniality of power, the performativity of gender and the passage from boy to adulthood or "becoming" a man.

Keywords: masculinity, men, gender, iconography, Puerto Rican contemporary art

Introducción

Entre las áreas que quedan por explorar en la historiografía puertorriqueña del arte, se destaca la aplicación profunda de las principales teorías de las masculinidades en la práctica artística contemporánea. El término “género”, según fue introducido en Occidente, puede entenderse de acuerdo con Judith Butler (2006) como “una forma cultural de configurar el cuerpo (...), abierto a su continua reforma”, en la que “la anatomía y el sexo no existen sin un marco cultural” (p. 25). Butler explica que el género es “determinado por lo histórico y performativo” y que “está embebido del discurso social, político y legal contemporáneo” (p. 258). Tradicionalmente, el género se enfocaba en la bipolaridad hombre/mujer; sin embargo, la reciente inclusión de los conceptos transgénero e intersexualidad han roto con esta concepción. Siguiendo la propuesta de Valencia (2014), la masculinidad hegemónica actúa “como una aspiración en lugar de ser una realidad en la vida de los hombres” (p. 81). Esta masculinidad se refiere al hombre blanco heterosexual burgués, mientras que todo aquel que no cumple la totalidad de los mencionados requisitos (el otro) responde a las subjetividades endriagas (Valencia, 2014). Para comprender este fenómeno, se alude al “patrón mundial de poder que se asienta en modelos cognitivos clasificatorios que jerarquizan las poblaciones del planeta a partir de la idea de raza, conocido como colonialidad del poder” según Cabrera y Vargas (2014, p. 30). 

 Transcritas a la realidad puertorriqueña, las normas de género se basaron en expectativas que, a propósito, fueron y continúan siendo incumplibles para todo aquel situado en los márgenes, es decir las subjetividades endriagas. Los elementos de pluralidad y de jerarquías entre versiones de hombres incluyen, aunque no se limitan, a la raza/etnia, clase social, orientación sexual, estatus migratorio y edad (Vázquez, 2013). Además, en Dime Capitán, Ramírez (1999) menciona las masculinidades, dando énfasis en la pluralidad, y no la masculinidad ya que, como también menciona Vázquez (2013), “las culturas no son estáticas y sufren transformaciones constantes” (p. 38). 

 Se propone el uso del término “masculinidades” para referirse a la performatividad de modelos culturales, sociales e históricos que permiten la readscripción y la intersección de roles (Butler, 2006). Las masculinidades conforman una difuminación entre la masculinidad hegemónica y las subjetividades endriagas. Se incluyen, entre otros: un hombre blanco heterosexual de clase alta, un hombre afrodescendiente homosexual de clase alta, un hombre blanco transexual de clase baja y un hombre asiático heterosexual de clase media. 

Dentro de la representación plástica de las masculinidades en el arte puertorriqueño actual es posible advertir la iconografía del hombre practicando el deporte. Esta representación se asocia con el hombre hegemónico, sin embargo, se puede encontrar junto a las subjetividades endriagas. Martínez (2018) ha desarrollado estudios de representación sobre el hombre deportista a partir del culto al cuerpo, la competitividad y la agresividad.

Es de interés que la mirada contemporánea produzca una autorreflexión de la producción artística nacional, por lo que este texto se enfoca en un contexto temporal del arte producido entre los años 2000 al 2020. Las obras serán contextualizadas histórica, social, cultural o visualmente para responder las siguientes preguntas: ¿Cómo se representan visualmente las masculinidades contemporáneas puertorriqueñas? ¿Cómo entendemos los atributos y símbolos representados, y cómo estos se relacionan a las masculinidades? Cada uno de los análisis será reforzado por entrevistas a artistas que pretenden, no solo entender cómo vemos las masculinidades en el arte, sino también comprender el propósito de los artistas, y en este caso, la documentación.

Deporte como sinónimo de hombría

Tradicionalmente, al deporte se le concede el papel clave en la formación del niño en las formas de liderazgo, trabajo en equipo, lealtad a los compañeros y orgullo por sus logros (Beynon, 2002). El deporte también se asocia con el culto al cuerpo y la fuerza muscular. Según afirma Beynon (2002), “en las películas épicas, de aventuras y deportivas, el cuerpo masculino es connotativo de poder y fuerza, celebrado como un espectáculo varonil en oposición a la dulzura y la belleza femenina” (p. 65). El interés por el boxeo y el baloncesto surge del desarrollo y popularidad de estos deportes como patrimonio cultural intangible en Puerto Rico. Se encuentran obras influenciadas por las expectativas sociales y culturales que enfatizan en el orgullo nacional, el culto al deporte y al cuerpo y la mirada retrospectiva hacia la infancia.

 A modo de representar y contextualizar el arte producido antes del 2000 se incluye la instalación Badge of Honor (“Insignia de honor” en español) de Pepón Osorio (Puerto Rico, 1955) realizada en 1995. La obra contrapone la habitación de un adolescente frente a la celda de su padre en prisión. Tomando énfasis en el cuarto del joven, en la pared se proyecta un video en el que aparece el rostro de un adolescente quien suponemos es el hijo. Una gran cantidad de objetos relacionados a películas y deportes inundan la habitación. Se distinguen afiches del actor y artista marcial Bruce Lee y de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA. por sus siglas en inglés). Hay tarjetas de colección de béisbol, fotografías familiares, trofeos, peluches, balones de baloncesto y una bicicleta. En la cabecera de la cama, se ve un óvalo con la bandera de Puerto Rico. Los objetos constituyen una representación general de los gustos, vivencias y expectativas de adolescentes masculinos puertorriqueños, incluyendo aquellos en la diáspora. 

Pepón Osorio, Badge of Honor, 1995

instalación, 144” x 322” x 144”

Http://www.moma.org.

Boxeo

El boxeo se introdujo para “inculcar no solo la habilidad en la autodefensa, sino también el respeto por el oponente, el control interno y aprender a actuar como un caballero”, según Beynon (2002, p. 43). Para Martínez (2018), este deporte se interpreta como “la domesticación del conflicto mediante la reglamentación del enfrentamiento uno a uno de dos individuos en condiciones de supuesta equidad” (p. 561). En el año 1934, el boxeador Sixto Escobar (Barceloneta, 1913-1979) se convirtió en el primer campeón mundial puertorriqueño. A través del tiempo, se formaron nuevos distinguidos atletas en el país como lo son Carlos Ortiz, Wilfredo Gómez, Wilfredo Benítez, Héctor “Macho” Camacho, Iván Calderón, Pedro Montañez, Félix “Tito” Trinidad, Félix Verdejo, Juan Manuel López y Miguel Cotto (Mendoza, 2018). La Ley 8 del 8 de enero de 2004, según enmendada en su Sección 6 (3 L.P.R.A. 444 C (b)-(4)), creó oficialmente la Comisión de Boxeo Profesional de Puerto Rico. En los medios de comunicación del país como El Nuevo Día se encuentran múltiples noticias sobre carteleras de peleas, sucesos en las vidas de actuales y pasados boxeadores, y opiniones de los fanáticos.

Este deporte ha sido camino de reconocimiento para el puertorriqueño en el extranjero. Cabe destacar que, a pesar del estatus político de Puerto Rico como territorio no incorporado de los Estados Unidos, el país cuenta con su propia representación en el deporte. En los Juegos Olímpicos, Puerto Rico tiene su propio comité desde 1948. En los juegos celebrados el mismo año en Londres, Juan Evangelista Venegas (Puerto Rico, 1928-1987) ganó la primera medalla puertorriqueña. La misma fue de bronce en el deporte del boxeo. El reconocimiento internacional brindado a Puerto Rico desde la primera medalla ganada tiene gran importancia. La competitividad, la violencia y el demostrar ser un verdadero hombre son algunos de los temas repetidos a la hora de estudiar al hombre “macho” latinoamericano. 

Se podría pensar que el boxeo funciona como escape para que el hombre pueda poseer y actuar los discutidos valores, y pasar desapercibido ya que se trata de practicar un deporte profesional. Sin embargo, esta teoría se puede refutar ya que existen mujeres boxeadoras puertorriqueñas como Belinda Laracuente, Amanda Serrano, Stephanie Piñeiro, Vivian Velázquez, Amarilis Adorno y Ada Vélez (Mendoza, 2018). El énfasis por representar el boxeo a través un personaje masculino comunica una mirada cultural puertorriqueña. Aunque no sea verdadero, se insiste en los deportes de agresividad como únicamente masculinos. ¿Por qué se reiteran estos valores como eternamente reservados a la masculinidad?

Rabindranat Díaz Cardona (San Sebastián, 1972) comenzó su serie de dibujos Los Boxeadores en el 2012. Se destacó su obra Creo en mí de manera imprecisa. I am Puerto Rico. Este dibujo presenta un hombre de piel blanca, bigote y cabello negro y rizado. Lleva su pecho descubierto y unos pantalones cortos con la representación de la bandera de Puerto Rico. Viste unas zapatillas de boxeo color blanco y rojo. Su pie derecho se dirige hacia adelante y el izquierdo apunta hacia el lado derecho. Representado de manera frontal, el boxeador mira de reojo hacia su izquierda. Los brazos flexionados con guantes rojos están listos para pelear. El fondo está totalmente vacío en color blanco. En la parte superior, se encuentra un enunciado escrito por el artista que indica: “creo en mí de manera imprecisa”. Debajo de la figura se encuentra la frase: “I am Puerto Rico”.

Rabindranat Díaz Cardona, Serie Los Boxeadores,

Creo en mí de manera imprecisa. I am Puerto Rico, 2013

lápiz y acrílico sobre papel, 6” x 5”

En el 2012, se celebraron los Juegos Olímpicos en Londres, en los cuales se apostaba por una medalla de oro por parte de los puertorriqueños. Este año también fue el primero en que las mujeres tuvieron la oportunidad de participar. Cabe destacar que la boxeadora puertorriqueña Kiria Tapia tuvo la oportunidad de competir representando a Puerto Rico (Noticel, 2011). En estas Olimpiadas, Puerto Rico no logró recibir medallas en el deporte del boxeo (A. P., 2012). 

Para el artista, el boxeador constituye una representación cultural puertorriqueña importante, ya que le permite trabajar conceptos filosóficos y psicológicos detrás del puertorriqueño y del boxeador (Díaz, 2021). Un ejemplo es su obra El hombre es algo que debe ser superado de 2012. En este dibujo con fondo blanco, el hombre de tez morena clara, único protagonista, mira de reojo hacia su lado izquierdo. Su cabello negro y rizado llega hasta sus hombros y tiene un bigote negro. Lleva un pantalón corto parecido al de la obra antes discutida, pero los colores de la bandera son sustituidos por el blanco y negro. Tiene guantes y zapatillas de boxeo negras. Su cuerpo musculoso ha sido trabajado en desproporción. Las piernas y los brazos parecen demasiado largos en comparación al torso. Su brazo izquierdo está levantado apuntando hacia arriba con un puño. Esta posición puede interpretarse como símbolo de victoria en la pelea o de lucha en un contexto político revolucionario. 

Rabindranat Díaz Cardona, Serie Los Boxeadores,

El hombre es algo que debe ser superado, 2012

lápiz y acrílico sobre papel, 69” x 39”

Baloncesto

El baloncesto llegó a Puerto Rico en 1902, pero de una forma muy primitiva y como un deporte para mujeres. No obstante, esa mentalidad fue cambiando y, en 1905, se jugó un partido de acuerdo con las reglas vigentes en Ponce. El periodista deportivo Emilio E. Huyke menciona que, en 1913, se presentó el primer juego de baloncesto en Puerto Rico siguiendo las reglas oficiales. En enero de 1930, se organizó la Asociación Puertorriqueña de Baloncesto. Eventualmente esta desaparece y se crean diferentes organizaciones. En 1936, se fundó el Club de Futuras Estrellas de Baloncesto, el primer movimiento en el mundo para la organización del baloncesto a nivel infantil. Desde 1957 hasta la actualidad, existe la Federación de Baloncesto de Puerto Rico, la cual representa a un equipo masculino y uno femenino (Mendoza, 2018). 

Los artistas plásticos Bobby Michael Cruz López (San Juan, 1984) y Héctor Madera González (Bayamón, 1977) inauguraron su exhibición dual Leyendas de la cancha en la galería KM 0.2 el 28 de septiembre de 2020. El tema fue el baloncesto como representación de lo que es Puerto Rico para los artistas y el concepto nostálgico de su juventud como fanáticos y jugadores (Madera, 2021). En la misma se exhibieron instalaciones, objetos artísticos, murales y cinco piezas en neón que forman las siguientes frases: “Y va a seguiirrr”, “Por el cristal”, “Y sigue con el yoyo”, “Gulu gulu y pa dentro” y “Saaalsa”. Los artistas buscaron glorificar e inmortalizar el legado de locutores en los juegos de baloncesto que decían estas frases como lo fueron Manuel Rivera Morales y Ernesto Díaz González.

Bobby Cruz, Héctor Madera y Yiyo Tirado, Cartel Leyendas de la cancha, 2020

Litografía ófset, 12” x 8”

Como parte de la exposición se realizó un cartel [4] que representa a Cruz y a Madera inspirado en el afiche en litografía ófset Warhol Basquiat Boxing (“Warhol Basquiat Boxeando” en español) de 1985 realizado con motivo de su colaboración artística. Se representan ambos artistas desnudos, de manera frontal, hasta la altura de los gemelos aguantando un balón de baloncesto frente a sus pelvis.  Los balones en serigrafía formaron parte de la muestra como objetos artísticos y llevaron inscritos los apodos “Bobisito” y “Maderita”. Los retratados, de mediana edad, se ríen frente a la cámara. Muestran sus músculos, vello corporal y tatuajes. El fondo es color verde y en el tope de los artistas se hallan ocho estrellas en color blanco. El cartel lee en colores blanco y rosa: “MADERITA BOBISITO PRESENTAN LEYENDAS DE LA CANCHA AGOSTO 28-29 HASTA OCTUBRE 15, 2020 KM 0.2 CALLE CERRA # 619 SANTURCE”. El afiche de Leyendas de la cancha también muestra similitud con un detalle de la fotografía realizada por Nels Israelson usada como portada en el álbum Knock Me Down, 1988, de la banda de rock estadounidense Red Hot Chili Peppers. La importancia de realizar este afiche se centra en una estrategia comercial y de publicidad, así como brindar importancia al cartel (Cruz, 2021). Este medio ha sido importante en la historia puertorriqueña para difundir información e invitaciones a exposiciones, eventos culturales y fiestas. En las tres obras mencionadas (el afiche de Warhol y Basquiat, la portada del álbum por Red Hot Chili Peppers y el afiche de López y Madera) se recurre a alegatos de las masculinidades. El culto hacia la presentación del cuerpo masculino semidesnudo permite una intersección entre cánones de belleza occidentales y nuevas miradas hacia las subjetividades endriagas y los cuerpos. 

 

Conclusión

No se puede referir a una sola manera de ser hombre, sino a masculinidades endriagas. En Puerto Rico, la performatividad del género es un conjunto de influencias de acuerdo con la raza/etnia, edad, clase social y otros. En el deporte, los temas de mayor notoriedad son el orgullo nacional, las analogías con lo político, la cobertura por parte de los medios de comunicación y el culto al cuerpo en forma. Un punto recurrente encontrado en todas las obras de arte fue el peso que conllevan los símbolos en el niño y su paso a la adultez. Las obras permiten una reflexión de las expectativas que se ciernen en lo que significa ser hombre y sobre la llegada a la etapa adulta dentro las masculinidades puertorriqueñas. Para los artistas es importante mostrar las dos caras de la moneda e insistir por el lado positivo de aquellos símbolos que generalmente se asocian con la masculinidad machista. Mientras que algunos ven agresividad y violencia en el deporte, el artista puertorriqueño representa una mirada retrospectiva de la infancia, la oportunidad de un mejor futuro y el orgullo nacional. Los hombres artistas no siempre encajan con las posturas hegemónicas que le son atribuidas. Es importante reconocer que, aunque poseen una ventaja social y cultural frente a las mujeres, existen otras limitaciones como la raza/ etnia, clase social, orientación sexual y edad.

 

Referencias

A. P. (2012, agosto) “Puerto Rico sin medalla de oro”. ESPN Deportes.

https://espndeportes.espn.com/noticias/nota?s=olimpicos/verano/2012&id=1581713&type=story

Beynon, J. (2002). Masculinities and Culture. Open Univ. Press.

Butler, J. (2006). Deshacer el género. Paidós Ibérica.

Cabrera, M., & Vargas, L. (2014). Transfeminismo, decolonialidad y el asunto del conocimiento: inflexiones de los feminismos disidentes contemporáneos. Universitas Humanística, 78, 19-37. http://dx.doi.or./10.11144/Javeriana.UH78.tdac 

Cruz, B. Comunicación personal. 3 de febrero de 2021.

Díaz Cardona, R. Comunicación personal. 6 de marzo de 2021.

El Nuevo Día. “Boxeo”. El Nuevo Día, https://www.elnuevodia.com/deportes/boxeo/

 Madera, H. Comunicación personal. 1 de marzo de 2021.

Martínez, M. A. (2018). Rounds de sombra: el boxeo en la crónica deportiva de 

Tablada, Garibay y Monsiváis. Latin American Research Review, 53(3), 561-572. http://doi.org/10.25222/larr.394

Mendoza Acevedo, C. (2018, noviembre) Los deportes en Puerto Rico; Notas para su estudio (1900-1970) Parte I. Revista Icono, (23-24), 53-77. https://www.upr.edu/biblioteca-uprag/wp-content/uploads/sites/75/2019/08/ICONO-2018-23-24.pdf

Noticel. (2011, marzo) “Apuestan a medalla en boxeo en Londres 2012”. Noticel. www.noticel.com/deportes/20110318/apuestan-a-medalla-en-boxeo-en-londres-2012/

Ramírez, R. L. (1999). Dime capitán: reflexiones sobre la masculinidad. Ediciones Huracán.

Valencia Triana, S. (2014). Teoría transfeminista para el análisis de la violencia machista y la reconstrucción no-violenta del tejido social en el México contemporáneo. Universitas Humanística, 78(78), 74-81.  http://doi.org/10.11144/javeriana.uh78.ttpa   

Vázquez Del Águila, E. (2013). Hacerse hombre: Algunas reflexiones desde las masculinidades. Política y Sociedad, 50(3), 817-835. doi:10.5209/revposo.2013.v50.n3.41973

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Posted on December 7, 2021 .

Reorientación a Freud: Claves psicoanalíticas para pensar lo cuir

Frank A. Alonso Cintrón
Departamento de Psicología
Facultad de Ciencias Sociales, UPR RP

Resumen

El psicoanálisis presenta contribuciones teóricas aprovechables para comprender los temas de sexualidad y género y, por ende, para complementar la teoría cuir y sus aplicaciones. Además, dado a que la lucha de voces cuir va cogiendo mayor auge, es pertinente investigar maneras novedosas y comprensivas de entender la sexualidad y el género. Por tal razón, es importante rescatar las propuestas psicoanalíticas que aportan a esta tarea y reorientarlas adecuadamente. Partiendo de esto, este artículo propone discutir las teorías freudianas y lacanianas para entender su relevancia en la teoría cuir, junto a aportaciones psicoanalíticas recientes que abarcan el tema en sí.

Palabras claves: psicoanálisis, teoría de género, sexualidad, Lacan, Freud

 

Abstract

Psychoanalysis sets forth theoretical contributions that are useful for comprehending matters related to gender and sexuality, as well as complement queer theory and its applications. Since queer voices’ struggles have been receiving more attention, it is pertinent to research new and comprehensive ways of understanding sexuality and gender. For this reason, it is important to rescue psychoanalytic proposals that advance this task and realign them accordingly. Taking this as its starting point, this article proposes to examine Freudian and Lacanian theories to understand their relevance within queer theory, as well as discuss recent psychoanalytic contributions that explore the topic. 

Keywords: psychoanalysis, gender theory, sexuality, Lacan, Freud

 

Introducción ¿Para qué el psicoanálisis?

A medida que el paradigma popular acerca de la sexualidad y el género va cambiando, pasando de concepciones binarias tradicionales y conceptualizaciones más hegemónicas de la identidad, las vías a través de las cuales entendemos a nuestros cuerpos y nuestra sexualidad también van cambiando. Este cambio, a su vez, hace más pertinente la tarea de establecer maneras comprensivas de entender estos mismos asuntos. De ahí surge la necesidad de utilizar, elaborar y desarrollar teorías que permitan tanto a individuos cuir, como a investigadores, abarcar el tema de tal manera que facilite el conocimiento real de este. Además, sustentándose de la teoría y de la producción de conocimiento científico al respecto de estos asuntos contemporáneos es que luego se pueden desarrollar los discursos adecuados para fomentar el progreso constructivo de la educación acerca de la sexualidad y el género en nuestra sociedad. Adicional a esto, con el apoyo de la teoría, se pueden desarrollar las intervenciones necesarias para ayudar a los individuos pertenecientes a la comunidad LGBTQI+ y llevar a cabo la acción social de manera efectiva (Fernández Riquelme, 2017). Dado a que estas personas experimentan tremendas dificultades por sus identidades, ya sea por factores personales tales como el habitar un cuerpo distinto al que se le impuso (Gherovici, 2017) o factores más externos como el discrimen (Gruberg et al., 2020), es hasta más urgente llevar a cabo la tarea de pensar en formas novedosas de entender y ayudar a personas cuir.

Partiendo de esta necesidad, en este artículo se estará explorando la importancia de la teoría psicoanalítica para desarrollar un entendimiento comprensivo de los fenómenos relacionados a la sexualidad y la identidad de género en cuanto se trata del proceso individual que una persona experimenta, los factores sociales que influyen en este, tanto de manera positiva como negativa, y las maneras que estos se pueden trabajar dentro de un contexto clínico. Además, parece importante discutir el psicoanálisis en este ámbito, dado a que es una teoría que presenta una gran oportunidad, tanto para la psicología como para la filosofía, para entender al género y la sexualidad como fenómenos fluidos y sobredeterminados que surgen a partir de una relación dinámica y compleja entre el individuo, las personas cercanas a este, el lenguaje y la sociedad. Adicional a esto, el psicoanálisis ha sido una disciplina que a lo largo de su historia se ha preocupado por entender la sexualidad del sujeto y que ha elaborado explicaciones acerca de esta que también tienen implicaciones para el desarrollo de la identidad de género (Alfandary, 2019). No solo esto, sino que el psicoanálisis ha ocupado un rol crítico en la historia de la transición sexual (Gherovici, 2017). Más allá de facilitarnos una comprensión de la sexualidad, esta disciplina también ha desarrollado maneras de entender las dinámicas de poder que se establecen en sociedad, que a su vez tienen un rol importantísimo en la formación del sujeto y de su identidad.

No obstante, aunque las teorías freudianas facilitan una comprensión compleja de la sexualidad, el género y la subjetividad, y han sido aplicadas contemporáneamente para facilitar una conceptualización positiva de lo cuir, en la historia del psicoanálisis ha habido una tendencia a patologizar “géneros y sexualidades no-normativas” (Gherovici, 2017, p. 23). A pesar de que las teorías de Freud y Lacan no apuntan a esto, psicoanalistas a lo largo del siglo XX han producido lecturas y prácticas derivadas de dichas teorías que conllevan actitudes homofóbicas y transfóbicas. Dicha trayectoria es imperdonable y solo acentúa la necesidad imperiosa de reorientar a la teoría y práctica psicoanalítica, de tal manera que se escuchen las voces cuir y se deje orientar por las experiencias que estas aportan en escenarios clínicos. Esto con el fin de llevar a cabo las elaboraciones teórico-prácticas pertinentes para desarrollar una disciplina inclusiva que aporte a la actividad política de asegurar la justicia, el trato igual y el bienestar que personas cuir merecen. Por tal razón, es de suma importancia rescatar las teorías psicoanalíticas que puedan servir para estos propósitos y producir lecturas apropiadas de las mismas.

Dicho eso, para poder apreciar estas aportaciones a los estudios de la sexualidad y el género, primero es necesario establecer y explicar de manera breve las posturas del psicoanálisis ante la relación mente-cuerpo, las elaboraciones lacanianas de la formación del sujeto, la teoría freudiana de la sexualidad, junto a otras contribuciones psicoanalíticas recientes que trabajan la cuestión del género en sí. En el contexto de este artículo, lo “cuir” se puede entender como todo aquello relacionado al tema de géneros, sexos u orientaciones sexuales que retan la heteronormatividad.

 

Nadie sabe lo que sufre un cuerpo

La postura de Freud ante el problema de mente y cuerpo se ha caracterizado como novedosa y, por lo general, se contrasta al tipo de dualismo que era popular en su época (Dumitrescu, 2013; Smith, 2017). Para ese entonces, un gran número de filósofos y científicos se adscribían a una teoría dualista proveniente del pensamiento de filósofos tal como René Descartes, la cual postulaba que la mente era un ente totalmente diferente al cuerpo (Descartes, 2018). Según la creencia cartesiana, la mente es opuesta al cuerpo y constituye una sustancia esencialmente separada, dado a que lo que la caracteriza es el pensamiento, mientras que lo que define al cuerpo es la extensión espacial. También existía una noción general del cuerpo como el límite del alma y como algo que dominaba a esta, idea que se puede trazar hasta el pensamiento platónico (Platón, 2004).  Freud oponía esta concepción, a cambio postulando la existencia de una psiquis humana, la cual estaba íntimamente vinculada al cuerpo a través de la sexualidad (Silverstein, 2020) y la cual mantenía una relación recíproca significativa con el cuerpo (Freud, 1890/1953-74). Tanto así que, radicalmente retando la concepción platónica, postuló que había casos en los cuales la mente afectaba más al cuerpo que el cuerpo a la mente. Para elucidar esto, Freud discutió el efecto que las emociones tienen sobre nuestros músculos dando ejemplos de cómo nuestros cuerpos reaccionan, ya sea de manera positiva o negativa, a cómo nos estamos sintiendo. Ya aquí se puede apreciar cómo el teórico estaba trabajando y proponiendo una psicología que estaba sumamente preocupada con el cuerpo.

Asimismo, la psiquis que elaboró Freud es una radicalmente distinta a esa mente cartesiana que se distinguía por el pensamiento racional y consciente. Para este, el sujeto es esencialmente irracional y su psiquis tiene una cualidad inconsciente significativa, que, tras la internalización y represión de fenómenos que interactúan con nosotros de manera consciente, almacena deseos, fantasías, memorias traumáticas y pulsiones desconocidas (Freud, 1933a). Según Freud, esta psiquis está compuesta por tres regiones que constantemente están interactuando de manera económica y dinámica, negociando entre exigencias pulsionales que vienen desde adentro y exigencias sociales que vienen desde afuera. Estas son: el Superyó, el cual sirve como la ley dentro del sujeto (Lacan, 1997) y ejerce una función extrema de vigilancia y castigo para asegurar que el sujeto cumpla con las exigencias morales de la realidad social que le son inculcadas a través de la crianza y la socialización (Freud 1933a); el Ello, el cual representa un campo lleno de pulsiones inconscientes que buscan su descarga en la realidad, sirviendo como fuerzas constantes (Freud, 1998) que animan al sujeto y lo mueven hacia la realización de varias metas; y el Yo, el único que se puede entender como representante de la cualidad consciente del sujeto, el cual tiene la responsabilidad de mediar entre exigencias sociales y exigencias pulsionales (Freud, 1930; 1933a). Tanto para Freud (1933a) como para Lacan (1997), el individuo comienza desde un punto donde lo único que hay es el Ello, tras el cual, como requisito de la existencia social del individuo, surge la necesidad de represión y con ella, la formación del Yo. Después de esto es que surge el Superyó, como la internalización psíquica de la moral. Ya aquí vemos cómo Freud rechaza a la consciencia unitaria y cognoscible propuesta por Descartes y, en vez, propone a un sujeto sumamente más complejo, cuya estructuración subjetiva va deviniendo según sus experiencias infantiles.

Dicho eso, a pesar de que el Yo y el Superyó se pueden entender como entidades “conscientes”, aún tienen un aspecto inconsciente e irracional significativo, tanto así que Lacan (1997) ha caracterizado al Superyó como una estructura congruente con la noción de la ley, pero que actúa más bien como una “ley insensata” (p. 161). Por esta misma razón es que el proceso de mediación entre exigencias pulsionales puede manifestarse como una experiencia intensa, que jala de espacios desconocidos a nosotros y que produce momentos de tremenda angustia. El proceso a través del cual el sujeto reprime pulsiones que confligen con las normas socio-culturares puede ser uno de gran severidad, que no solo rige la conducta del individuo, sino que también impacta la estructuración subjetiva del individuo como tal y, por ende, también afecta su cuerpo. Esto es hasta más evidente durante la crianza de los infantes, cuando la subjetividad e identidad de estos se están formando por primera vez, junto a la interiorización simbólica de las reglas que han de seguir y a través de las cuales se formarán como individuos dentro de una realidad social (Lacan, 1997).  Además, como señala Freud (1933a), eso que ha sido reprimido por el individuo no deja de existir para este, sino que permanece en el inconsciente y hasta logra manifestarse de maneras nuevas, usualmente escondido como un síntoma psicosomático o alguna otra manifestación criptica.

Ya, al abarcar estas teorías, se puede ir apreciando las aportaciones importantísimas del psicoanálisis para entender cómo es que las normas que se le inculcan a un individuo desde la niñez, proceso que conlleva un ejercicio estricto de poder, van teniendo un efecto colosal al momento de formar las subjetividades y los cuerpos de estos (Butler, 1997). No solo esto, sino que el emplear las teorías psicoanalíticas de la relación mente-cuerpo facilita entender los conflictos internos que se dan cuando un sujeto no cumple con las expectativas y reglas que se le imponen desde el nacimiento. Yendo más lejos, esto también facilita comprender la experiencia angustiante que surge cuando un individuo se siente fundamentalmente incapaz de encarnar el cuerpo que la sociedad quiere que encarne, cuando el ser del sujeto se encuentra en una encrucijada urgente, cuyos efectos invaden hasta los nichos más íntimos de la existencia de este (Gherovici, 2017).

 

Este espejo no me favorece

La cuestión del desarrollo y la influencia de la sociedad sobre este se complica más cuando tomamos en cuenta la teoría de Jacques Lacan, que incorpora la lingüística estructural, junto a claves más filosóficas, en el pensamiento freudiano. Para Lacan, la constitución del sujeto—refiriéndose al proceso a través del cual surge esta división psíquica—, la subjetividad del individuo y su identidad constituyen asuntos aún más elaborados (1997). Este elabora una explicación del desarrollo y la estructuración del sujeto que considera tanto la importancia del lenguaje, en su función de sistema que rige y condiciona nuestra manera de entender y construir el mundo, como la de los significantes que nos habitan de manera psíquica. A fin de lograr esta explicación, Lacan emplea el uso de “tres sistemas de referencia” (p. 119), lo que él denomina: lo real, lo imaginario y lo simbólico. Estos tres registros respectivamente se pueden definir de manera sumamente resumida de la siguiente forma; primeramente, el plano primordial de la experiencia individual, el cual elude cualquier tipo de definición y categorización y en el cual las pulsiones, los deseos e instintos coexisten de manera caótica y desorganizada, sin diferenciación alguna. En segundo lugar, el campo subjetivo del cual surge el Yo del individuo y la comprensión de uno mismo como sujeto con vida psíquica interna separada del mundo externo, epifanía que lleva a la separación del sujeto de lo real. Por último, el mundo lingüístico en el cual se posiciona el sujeto y a través del cual se constituye la realidad social. Según Lacan (1953), el individuo se desarrolla por estos tres registros, los cuales perdurarán en la actividad psíquica del sujeto a lo largo de su vida, interactuando en constante tensión. Dicho esto, para entenderlo mejor, es pertinente considerar su teoría del estadio del espejo y la inclusión de la influencia decisiva del Otro en la vida psíquica.  

De acuerdo con lo que Lacan (1997) propone, el yo del sujeto surge tras la introducción del registro imaginario en la psiquis, evento que se da durante el estadio del espejo. En este, el infante se mira en un espejo por primera vez y se fija en el hecho de que hay una incongruencia significativa entre cómo experimenta su interior y cómo experimenta su cuerpo exterior. Esto provoca dos reacciones en el sujeto. Este, al momento de enfrentarse a su imagen, desarrolla una concepción imaginaria de su cuerpo como un ente unido y coherente que se puede dominar, lo cual le permite entenderse como un ser encarnado en el mundo, y a la vez experimenta una “alienación fundamental” (Lacan, 1953, p.193), con la cual se percibe como ajeno a sí mismo y su ser, y se “concibe distinto, otro de lo que él es” (p. 128). Esta alienación es sumamente importante ya que, según el teórico, esta “forma parte de una dimensión esencial de lo humano” (p. 128) y es a través de esta que el sujeto capta que él mismo también es un otro que puede ser tomado como objeto y alzado a un nivel de lo ideal. Es en este nivel donde se le imponen expectativas con las cuales cumplir, que a su vez erigen un punto de comparación inflexible e inconsciente, que proviene de los deseos y discursos del otro. De aquí, Lacan nos explica que el sujeto percibe “su ser en una reflexión en relación al otro” (1997, p.193), lo cual va de la mano con su fórmula de que “el inconsciente es el discurso del otro” (1997, p.137).

Con esto, la teoría lacaniana facilita entender a la subjetividad del individuo y su identidad como procesos que siempre están mediados por el lenguaje y por la relación con el otro. Además, con el estadio del espejo, podemos comprender cómo es que un individuo que se mira en este ve una imagen de su cuerpo y rápido piensa en lo que este debe de ser y cómo dominarlo de tal modo que se pueda cumplir con las exigencias sociales. Sin embargo, la experiencia de sentirse distinto a lo que uno percibe en el espejo persiste y esto resulta en una enajenación intensa.

 

La sexualidad como un modo de ser

 Según Valsega, “la sexualidad propuesta por el psicoanálisis es una que desborda la biología” (2015, p. 9). Es una caracterización justa y adecuada, dado a que Freud fue más allá de consideraciones biológicas al momento de explorar y teorizar acerca de la sexualidad humana en sus escritos. Para Freud (1905), la sexualidad de un individuo resulta de dinámicas complejas psíquicas que se van dando en la niñez y que son incitadas por las experiencias del sujeto ante sus pulsiones, sus relaciones familiares, sus identificaciones con individuos cercanos, las exigencias sociales y el inconsciente. Así, Freud caracteriza a la sexualidad como un proceso sobredeterminado, que pasa por ciertas etapas de desarrollo y que a su vez influye en el desarrollo subjetivo del infante. Además, es vista como un fenómeno muy complejo que parte desde un estado desorganizado, o libre, y poco a poco se va estructurando según la crianza, las relaciones entre el infante y sus padres y las exigencias socioculturales de su contexto.

 Al momento de elaborar sus teorías acerca de la sexualidad, Freud (1905, 1933b) parte de la propuesta que el individuo contiene una bisexualidad fundamental, donde la diferencia sexual y de género no se puede reducir a un asunto anatómico, sino que devienen según el desarrollo del infante y se hace presente tanto en la psiquis como en la conducta (Alfandary, 2019; Valsega 2015). Para Freud (1905), un infante experimenta una sexualidad polimorfa, que no tiene meta determinada por la biología (Valsega, 2015) y que se dirige hacia diferentes destinos, a través de distintas manifestaciones y que es hasta significativamente autoerótica. Incluso, Freud (1905) postulaba que la libido era la misma tanto para el hombre como para la mujer. Es esta misma la que va organizándose y cogiendo una dirección más fija según el sujeto se va formando dentro de su contexto particular, hasta que el sujeto se enfrenta con la necesidad de asumir una postura como sujeto sexual y sexuado (Valsega, 2015) e inconscientemente dirige su sexualidad autoerótica hacia el mundo externo, fijando una elección del objeto de deseo para sus pulsiones (Freud, 1905).  Este proceso también depende de la identificación que se da con el Otro, la cual impulsa al individuo a internalizar este e imitarlo en sentido sexual también, como una manera de satisfacer el deseo del Otro (Alfandary, 2019). Tras este proceso de identificación, el sujeto significa la sexualidad o género que asume a través del uso del lenguaje, manifestándolo dentro del plano simbólico para entenderse y representarse como un miembro de una sexualidad u otra y de un género u otro (Valsega, 2015). Por otra parte, hablando de la diferencia entre la masculinidad y la feminidad, Freud (1905, 1933b) también reconoce que más adelante, cuando el infante asume una identidad sexual y de género, este aún carga con las huellas y rasgos propios del género opuesto dentro de su inconsciente. De aquí se puede observar cómo es que las cuestiones de sexualidad y género, ya sean en su desarrollo o en sus manifestaciones cotidianas, están entrelazadas con las relaciones que uno tiene con otros, las cuales también son afectadas por la sexualidad o el género que uno asume. Así, según el psicoanálisis, el género y la sexualidad se entienden como experiencias subjetivas que interactúan y chocan con una multitud de fenómenos socioculturales en su desarrollo, lo cual hace de estas experiencias unos eventos intersubjetivos que son atravesados por el lenguaje de manera fundamental, complicándolos y llevándolos más allá de consideraciones anatómicas. Por esto, como dice Gherovici (2017), el psicoanálisis abarca el género y la sexualidad como asuntos que son encarnados por el sujeto, partiendo de las relaciones que este tiene con su propio cuerpo y con los otros.

 Dicho eso, esta asunción de género y sexualidad es una que marca al sujeto, a nivel de su estructura subjetiva y hasta su ser, de manera traumática (Alfandary, 2019); es un proceso que pone al ser del sujeto en juego, que demarca su constitución fundamental de tal manera que influirá en las experiencias y relaciones del sujeto por el resto de su vida. Por lo tanto, la asunción de una sexualidad o un género también implica la represión, la pérdida, de todas las otras posibles maneras de ser sexual, y de manera tan inmediata, que no hay explicación ready-made que se le puede dar al individuo de por qué o cómo terminó identificándose con el género o la sexualidad con la cual se identifica; es una experiencia que se debe interpretar fenomenológicamente, ya que, a pesar de que existe la posibilidad de que la anatomía, la sociedad, la cultura, la familia o las experiencias hayan tenido algo que ver al momento del sujeto asumir un género (Gherovici, 2017), sigue siendo una experiencia de lo individual, perteneciente propiamente a la persona, su subjetividad y la historia que este cuenta. Tanta es la importancia de la sexualidad y el género para el individuo, junto a la experiencia de este con estos aspectos de su vida, que, para atender al inconsciente de un participante en un análisis, también hay que atender su identidad sexual (Gherovici, 2017). Esto es congruente con lo que expone Lacan (1953) al hablar de la importancia de considerar a la posición del sujeto dentro del lenguaje, escribiendo: “La prenda del análisis no es sino reconocer qué función asume el sujeto en el orden de las relaciones simbólicas que cubre todo el campo de las relaciones humanas y cuya célula inicial es el complejo de Edipo, donde se decide la asunción del sexo” (p. 111). Es por esta razón precisamente que no se pueden ignorar los asuntos de sexualidad y género al momento de abarcar la tarea de entender y ayudar a un individuo, por lo cual también hay que tomar en serio el discrimen contra individuos cuir, ya que este amenaza no solo su bienestar, sino su manera de ser en el mundo.

El psicoanálisis transgénero

 Empleando las teorías psicoanalíticas, podemos comprender al sujeto como uno dinámico y fluido, que desborda las clasificaciones que se le imponen desde temprana edad y que siempre está involucrado en su construcción perpetua. Dicha construcción se da a partir de las experiencias que el individuo tiene con los otros sujetos y la sociedad que habita. Igualmente, esto conlleva el uso y la participación significativa de este dentro del lenguaje. La psicoanalista Patricia Gherovici (2017) llama la atención a esto, comparando al sujeto a un poema, lo cual implica que este, a pesar de las categorías, los símbolos y roles que se le imponen, es más bien una “invención creativa” (p. 22), que se va haciendo nueva a pesar de intentos de encajonarlo. Para Gherovici es precisamente esto lo que caracteriza a la experiencia trans y lo que lleva a la autora a definirla como una “solución creativa” (p. 23) que le permite al individuo existir y gozar a pesar de las angustias que surgen por las exigencias sociales. No solo esto, sino que también es una manera del sujeto hacer de la vida algo habitable para él (Gherovici, 2017); es una manera de este sobrevivir y desenvolverse a pesar de encontrarse en una situación y un ambiente que lo amenaza.

 En su libro Transgender Psychoanalysis: A Lacanian Perspective on Sexual Difference¸ Patricia Gherovici (2017) escribe: “Analytic work delves into the complex relationship between the body and the psyche, highlighting the precariousness of gender, the instability of the male-female opposition, and the fragility of sexual identification […]” (p. 24). Así, se puede apreciar la concepción de la sexualidad y el género que nos brinda la teoría psicoanalítica, concepción que nos permite cuestionar lo que se considera “normal”, a la vez facilitando la deconstrucción de la idea que el desarrollo sexual o de género del sujeto tiende hacia algún destino natural. Esto se debe recordar, como señala Gherovici, si se quiere aportar a la despatologización de la experiencia trans. Para ella, el psicoanálisis ofrece un conocimiento muy valioso que enriquece la actividad política de repensar ciertas concepciones populares que existen de la experiencia trans, tal como el asociarla con una decisión consciente o con alguna enfermedad que requiere tratamiento. Además, las teorías de la sexualidad provenientes de Freud y Lacan pueden servir para nutrir a la teoría queer y evitar que esta caiga en esencialismos que encajonan y limitan a individuos (Valsega, 2015).

 No solo esto, sino que partiendo de lo que Freud y Lacan proponen acerca del desarrollo de la subjetividad y la identidad, también podemos entender el efecto que tienen la sociedad y la cultura sobre la formación y control del individuo, al igual que las angustias que surgen del choque entre las exigencias sociales y las exigencias intrapsíquicas. Aplicando esto a las experiencias de personas que no se identifican con un género o una sexualidad socialmente normalizadas, la teoría psicoanalítica nos facilita la comprensión de la experiencia precaria que se les impone por asumir maneras de ser distintas. De la misma manera, estas teorías facilitan entender el dolor y la angustia que causa el conflicto interno de tener que mantener una imagen corporal que no corresponde con la subjetividad de uno. Así, también se puede entender cómo es que transicionar es algo urgente para una persona que no se identifica con el género que se le ha impuesto, algo que no se debe a caprichos ni enfermedades, sino a una necesidad profunda que tiene que ver con la propia existencia.

Referencias

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Posted on December 6, 2021 .